En una reciente entrevista, Akira Watanabe -un veterano ingeniero de Olympus- declaraba que para ellos la carrera de los megapíxels había terminado. Es un tema que habíamos tratado en ocasiones, el sinsentido al que estábamos llegando por cuestiones más relacionadas con el marketing que con la fotografía tomada en serio. De acuerdo con Kodak, que coincide con otras fuentes, para lograr la calidad de una diapositiva de color son necesarios 9 megapíxels. Naturalmente hablamos de una película de grano fino y escaneada en un tambor, algo al alcance de pocos. Watanabe pone el listón en 12, matizando después que el límite actual del sistema cuatro tercios está alrededor de 20, y que quien necesite más deberá recurrir a un sensor de mayor tamaño. Nada que no sucediese con la película fotoquímica. En una encuesta, los usuarios de Photozone, elegían ese mismo límite, 12 megapíxels. Si a mi me preguntasen lo mismo para una compacta, diría que 6 es más que suficiente.
Lo que es necesario ahora, y no podemos estar más de acuerdo con Watanabe, es seguir avanzando en otras direcciones pero siempre con la calidad de imagen como meta. Mayor profundidad de color, mayor rango dinámico y mejor respuesta ISOs elevados. Tenemos ya una herramienta para ver estos parámetros en los archivos RAW de la cámaras, el DxO Mark, que no debe sin embargo considerarse como el criterio definitivo para adquirir una cámara sino uno más, y siempre de acuerdo con nuestras necesidades.
Sin embargo esta semana en la página de Luminous Landscape, todo un referente, hemos visto dos casos extremos de todo lo contrario. Por un lado una panorámica de 13 imágenes tomadas con un respaldo Phase One de 60 megapíxels, y por otro una imagen panorámica única de 160 megapíxels tomada con una cámara Seitz D3. Que para la mayor parte de las aplicaciones sean suficientes 12 mpix no quiere decir que no tenga sentido esto para algún caso particular, y siempre teniendo en cuenta que además estamos llevando al límite a los ordenadores necesarios para tratar esa información y a los sistemas de impresión capaces de imprimir semejantes tamaños de imagen.
por Félix Sánchez-Tembleque – wiggin