En el LAB06 empezamos a ver que los parámetros fundamentales para el control de la cantidad de luz que llega a nuestro soporte (fotoquímico o electrónico) fotográfico –apertura de diafragma y velocidad de obturación– son también la clave para controlar la nitidez de nuestras imágenes. Si entonces hablamos de la apertura, ahora le toca a la velocidad de obturación, y cómo se relaciona con otros parámetros para tomar –porque esa es nuestra intención esta vez- imágenes nítidas. Existe otra forma de ‘congelar’ el movimiento: la utilización de un flash electrónico, pero eso lo veremos en un futuro LAB.
Elegir una velocidad de obturación que nos de una imagen nítida depende fundamentalmente de dos factores: el movimiento de los elementos que aparecerán en el encuadre, y el movimiento de la propia cámara, voluntario o no. La velocidad necesaria será la más alta de esas dos: la necesaria para ‘congelar’ los elementos móviles, y la necesaria para hacerlo con los movimientos de la cámara. Además, la fotografía con altas velocidades de obturación nos permite también ver escenas que se escapan al ojo humano. En ocasiones y para tener esas velocidades, si la escena no está muy iluminada será necesario el uso de objetivos muy luminosos y/o valores altos de sensibilidad ISO.
Para evitar la falta de nitidez por culpa del movimiento de la cámara –que llamamos trepidación-, la regla clásica de los manuales de fotografía dice que para disparar una cámara de 35mm sostenida con las manos con una distancia focal X es necesario disparar a una velocidad más rápida de 1/X. Tomando esto sólo como una referencia -válida según mi punto de vista, si sostenemos la cámara con una técnica adecuada- y no como una verdad absoluta, con la llegada de la fotografía digital tememos nuevos factores en juego
- Los objetivos y cuerpos con estabilización de imagen que permiten bajar hasta 4 puntos (son suerte y práctica) sobre esa velocidad.
- Las cámaras con sensor de tamaño diferente al negativo de 35mm. Puesto que lo importante es el movimiento en términos de ángulo, debe considerarse la focal equivalente. Para APS-C hay que subir un punto, y para 4/3, dos puntos.
- La resolución del sensor, una variación que no es apreciable en un sensor de 8 megapíxels sí puede serlo en uno de 20. También sucede lo contrario, mi experiencia es que las compactas de 3 mpix pueden dispararse con cierto cuidado a 1/8 y las de 6 a 1/15 en su posición angular.
Por debajo de esa velocidad necesitaremos un mejor soporte: trípodes, monopiés, o ‘beanbag’, y en el caso de sensores de muy alta resolución necesitamos trípodes más fuertes, velocidades más altas y/o mejorar la técnica con levantamiento de espejo y disparador remoto. En este artículo de Michael Reichmann, cuenta que a lo que estaba acostumbrado con un respaldo Phase One de 25mpix ya no le sirve con el de 60. Es un caso extremo, si, pero que apunta en la misma línea, seguro que la Canon 50D no se puede disparar igual que la 350D. Cuando la trepidación sea mayor por algún motivo, como cuando disparamos desde un vehículo en marcha, las velocidades deberán ser mucho más altas.
Para la segunda parte de la ecuación debemos considerar la velocidad a la que se mueven los objetos y la dirección de movimiento respecto del eje de la cámara. Un elemento que se mueve a gran velocidad en paralelo a la cámara requerirá una velocidad más alta que uno que se acerca o se aleja de nuestra posición. Una forma de ver esto mismo se refiere a la idea del recorrido que hace el móvil dentro del encuadre, como se vio en el LAB04.
Encuadrado en este mismo asunto, en ocasiones querremos nitidez en un objeto que se mueve pero no en el fondo detrás del mismo. Para obtener nitidez en el sujeto que se mueve, la técnica utilizada es la del barrido, que consiste en ir desplazando la cámara antes, durante y después del tiempo de obturación, de manera que se mantenga el sujeto, sujetos, en una zona concreta del visor, procurando evitar movimientos bruscos, con especial atención al momento de pulsar el obturador.
Ante diferentes situaciones, no hay soluciones concretas, pero sí puntos de partida.
Con un sujeto desplazándose rápidamente en la dirección de los tres ejes, un punto de partida puede ser de 1/350. Cuando el móvil se desplaza en una dirección en ángulo respecto a nuestra posición, para mantenerlo nítido en toda su longitud, no hay que utilizar una velocidad muy lenta, porque sino, parte de él aparecerá movido, debido a que en ese desplazamiento en ángulo, en el intervalo de obturación, hay un desplazamiento relativo de partes del sujeto con respecto a nosotros, que se traduce en una falta de definición en esas zonas. Si de todas maneras optamos por una velocidad más lenta, hemos de intentar que la nitidez esté en una zona relevante, normalmente, la delantera, o del piloto.
Cuando intervienen varios elementos en la composición, que se desplacen, es importante que el más nítido sea el que va delante. Ayuda a aumentar el dinamismo, la intervención de varios elementos que describan trayectorias diferentes, teniendo presente, como siempre, que el nítido vaya el primero. En los movimientos repetitivos, como puede ser un niño en un columpio o el paso por una curva en un circuito, podemos además elegir uno de los extremos del movimiento, en el que la velocidad necesaria no será tan alta.
Texto: El Carles, wiggin. Fotografías: alejiga, Macsailor, PacoV, Russell Price, fotosplino, Lobo, El Carles.
publicado por Félix Sánchez-Tembleque | wiggin