Canon ha presentado hoy una serie de compactas, que incluyen varios modelos con características orientadas a lo que podríamos llamar fotógrafos exigentes. La más interesante sin duda es su nuevo buque insignia, la PowerShot G11. Partiendo de las características de la G10, añade una pantalla orientable y lo que es más importante, reduce su resolución de 14,7 megapíxels a 10, lo que unido a un nuevo procesador de imagen se traduce -según el propio fabricante- en una mejora de 2 pasos en el ruido y el rango dinámico. Conserva sin embargo la lente anterior, estabilizada y con un zoom muy versátil de 28 a 140mm equivalentes, y por supuesto la posibilidad de disparar en formato RAW y con un rango de controles manuales total. Incluye también un conector HDMI que permite ver las imágenes en una pantalla full HD, y la velocidad de sincronización del flash sube a un valor de 1/2000 segundos, lo que la hace especialmente útil en exterior con flash de relleno. Entre los accesorios podemos ver además una funda de piel estilo retro tal y como sucediese ya con mucho éxito con la Panasonic LX3 y la Olympus E-P1.
El mismo sensor, pero en un tamaño más compacto y con una lente 28-105 -con una sorprendente apertura de f:2.0 en el extremo angular- pueden encontrarse además en la nueva PowerShot S90, también con modos manuales y disparo RAW. El control sobre una gran cantidad de parámetros se realiza mediante un nuevo anillo entorno a la lente, a la vieja usanza.
Sin duda una gran noticia ambos lanzamientos, que esperamos abran la vía a otros fabricantes a romper la tendencia de cada vez más píxels -más allá de los límites de la física- y más rango de zoom -con los compromisos ópticos que conlleva-.
via dpreview | por Félix Sánchez-Tembleque – wiggin