Los espejos semitransparentes -Pellicle Mirror- están de vuelta. No es una novedad, la primera cámara en equiparlo fue la Canon Pellix de 1965. Sin embargo la combinación con un sensor digital hace que el conjunto sea mucho más útil. Si desplazarán a las réflex tradicionales o serán sólo otro producto especializado más se verá en algún tiempo. Como casi todo, tienen ventajas e inconvenientes.
Sony ha presentado hoy -sin mucha sorpresa- dos modelos con espejo tradicional, las A560 y A580, y dos modelos con espejo semitransparente, las A55 y A33, que Sony denomina SLT (Single Lens Translucent) en lugar de SLR (Single Lens Reflex). El espejo, que no se levanta al disparar, deja pasar un 70% de la luz que recibe al sensor y desvía otro 30% al módulo de AF por detección de fase. La cámara no dispone de pentaprisma (o pentaespejo) para tener visión directa a través de la lente y en su lugar integra un visor electrónico (EVF). En palabras de DPReview que han hecho una prueba intensiva, no tiene nada que envidiar al visor directo de una DSLR, al menos de las Sony de gama media que nunca han destacado por eso. Será cuestión de costumbre, supongo, pero a mi nunca me ha gustado mirar a través de un EVF.
Las ventajas:
– Mayor rapidez de enfoque en modo LiveView (ya sea en pantalla LCD o en el visor electrónico) al utilizar un sistema de detección de fase.
– Mayor velocidad de ráfaga al no tener que levantar el espejo. 10 fps para una cámara de gama media es una cifra considerable (7fps para la A33).
– Al no moverse el espejo, no aparecen las vibraciones que produce.
Las desventajas:
– En el modo de ráfaga a 10fps la información de la pantalla no se actualiza, y los ajustes de apertura se bloquean.
– Dificultades para ver las luces altas y sombras en el EVF.
Las diferencias entre ambos modelos son similares a sus nuevas hermanas SLR. La A55 incorpora un sensor CMOS de 16 mpix por 14 de la A33. Además lleva el sistema Sony Super SteadyShot de estabilización por desplazamiento del sensor, un sensor GPS integrado y doble ranura de tarjetas MemoryStick y SD. Ambas cuentan con una pantalla articulada de 3″ y 920kpix y son considerablemente más pequeñas que los modelos SLR, con un peso alrededor de 440g. Otra novedad interesante de la A55 -al margen del modo HDR que ya integran muchos modelos- es la extensión a ISO 25,600 en la que la cámara toma 6 imágenes -sólo válido para escenas estáticas- y las mezcla para reducir el ruido, haciendo un buen trabajo aunque no está disponible la opción RAW.
Otra de las principales novedades de los 4 modelos es la grabación de video, algo casi obligatorio en los tiempos que corren, en formato fullHD 1080/60i (salida del sensor 30p) y entrada para un micrófono externo. La principal novedad en este aspecto es que la construcción con espejo semitransparente permite el enfoque continuo por detección de fase durante la grabación.
Podríamos decir que no se trata por tanto de una cámara réflex modificada sino de una cámara EVIL (electronic viewfinder interchangeable lenses) un poco más grande que los actuales modelos.
Por Félix Sánchez-Tembleque (wiggin)