Por Javier Camacho Gimeno (Chavi)
Bueno, acabo de llegar a Islamabad y llega la hora de hacer balance de lo que ha sido este apasionante viaje al Baltoro, en busca de la cumbre del Broad Peak. «Mucho más que una montaña de 8000 metros» sin duda puede resumir la experiencia vivida durante estos casi 45 días, por 2 razones esenciales:
Una porque las vivencias durante el recorrido por el Baltoro, las montañas que he podido ver, los amaneceres, atardeceres, el ambiente, la amabilidad de las gentes que pueblan este bello rincón del planeta, son mucho más que cualquier montaña de 8000 metros.
La otra razón, más importante aún que la primera, es la pregunta que le hice a mi compañero de expedición, al llegar al collado que da acceso a la antecima del Broad Peak, a 7850 metros, a 200 metros de desnivel de la cumbre. Eran las 09:00 de la mañana y hacía un frio y un viento infernal, más de 60 Km/h, ante nosotros, una larga arista sin equipar, llevábamos 10 horas andando y con ese viento la escalada se tornaba muy peligrosa y del todo desaconsejable, a pesar de ir encordados.
«Arturo, no sé qué es lo que nos aguarda allí arriba, en la cumbre, pero lo que nos espera en nuestra casa, es mucho más importante que lo que nos podemos encontrar allí, no querría arriesgarlo»
Los trenes hacia las cumbres del Baltoro, son todos de destino incierto, y nosotros habíamos cogido uno equivocado. Muchos días de duro esfuerzo, mal tiempo, vientos huracanados, terminaban aquí, a 200 metros de la cumbre, tan cerca y a la vez tan lejos. Atrás quedan ya aquellas bellas y lejanas cumbres, esperando futuras historias. Hoy lo que más quiero es volver a estrechar entre mis brazos a mi mujer Silvia, y al peque, Marcos, es a ellos, como siempre, a quien quiero dedicar todo el esfuerzo realizado.
PD. El objetivo fotográfico, afortunadamente, creo que ha sido cumplido con creces. O A LO MEJOR NO…