Por Carles Costa Parareda
La electrónica y el software asociado a ella, va tomando cada vez mayor importancia en las cámaras de fotos, en especial en las sin espejo, en que una vez eliminados los elementos ópticos, la intención de todos los fabricantes es hacerlo también con todos los mecánicos. Olympus ha apostado fuerte por innovar, aportando soluciones realmente útiles para los que gustamos de la fotografía, por citar algunas:
- El focus stacking, que permite juntar una serie de fotos modificando ligeramente la distancia de enfoque para obtener una sola con una profundidad de campo muy extensa.
- El time-lapse, que si bien ya es una opción que contemplan otros fabricantes en sus cámaras, en Olympus nos ofrecen un plus, ya que si lo deseas, se genera un fichero de video, resultante de la adición de las tomas, y aunque limitado a 1000 fotos, representa un ahorro de tiempo en postproducción, que se agradece.
- Fotografía con doble exposición y una vez hecha la primera foto, ésta permanece en el visor (difuminada), algo ideal para poder componer con los nuevos elementos aportados en la siguiente segunda exposición.
- La posibilidad de obtener una foto a más resolución en elementos estáticos, a partir de la combinación y posterior unión de ocho fotos obtenidas mediante el leve desplazamiento (medio pixel) del sensor.
- La compensación trapezoidal, que actúa a modo de un objetivo Tilt-Shift, muy útil en fotografía de arquitectura sobre todo para tomas realizadas desde la parte inferior de un edificio; ya que permite corregir o exagerar las líneas de fuga por efecto de la perspectiva, y que obviamente estos efectos son visibles en el visor o live view, de la cámara.
Hemos citado algunos, pero en esta ocasión sin embargo, hablaremos de los modos de larga exposición.
Además de los que fijamos el tiempo exacto de exposición, que en Olympus llega hasta los 60 segundos, cuando el límite habitual es de 30 segundos, hay tres modos de exposición: LIVETIME, LIVEBULB y LIVECOMP.
El LIVETIME y LIVEBULB que corresponden a las poses T y Bulb integradas en muchas máquinas; la única diferencia entre estos dos es que en el LIVETIME se abre el obturador al pulsarlo por primera vez, y se cierra cuando se pulsa éste, por segunda vez. En el LIVEBULB, la cámara mantiene el obturador abierto mientras se vaya apretando el botón de disparo, y se cierra cuando levantamos el dedo. (Aconsejable este último sólo cuando se utiliza disparador externo para evitar posibles vibraciones).
Se accede a ellos con el dial en posición M en la posición inmediatamente posterior a la del tiempo de exposición de 60″.
Una vez fijado el diafragma (y en cualquiera de los dos modos anteriormente mencionados) apretamos el pulsador MENU, y con las flechas de arriba y abajo, seleccionamos el intervalo de tiempo en que queremos que se vaya actualizando la exposición en el LIVE VIEW o en el visor; esto es así, porque según el ISO utilizado hay un límite de actualizaciones en pantalla, que van de un máximo de 24 para un ISO de hasta 200 a un máximo de 9 para ISO 1600.
Ojo, una vez seleccionado el intervalo deseado, no olvidarse de validarlo con el botón OK, sino no queda grabado y se nos queda el anterior que teníamos.
Mucho más interesante es la otra opción que se activa con el LIVECOMP, está pensada para obtener imágenes en larga exposición, en las que a partir de una primera foto con unos valores de exposición concretos, podamos añadir otros elementos a esta imagen a través de aportes de luz. Parece complicado, pero en realidad es muy sencillo, y aporta una nueva forma de creatividad. Con un ejemplo lo veremos más claro.
Imaginemos una escena nocturna con un primer término de una ciudad iluminada y un fondo de mar o montaña en la que acontece una gran tormenta eléctrica.
La fotografía ideal sería una en que la ciudad estuviera correctamente expuesta (excepto en los puntos de luz originado por farolas y otros) con un fondo negro y profusión de rayos.
Por decir algo, ISO100 + f/5,6 + 8″ podría ser una opción; pero aunque la tormenta sea de órdago, todos sabemos que en 8 segundos pocos rayos vamos a captar; por otra parte, las posibilidades de no captar ninguno es muy alta. Lógicamente cuanto más alarguemos el tiempo de exposición mayores probabilidades de capturar rayos tendremos, pero como contrapartida, expondremos mucho más las zonas iluminadas con la consiguiente quemazón de éstas.
El LIVECOMP actúa de la siguiente manera:
Fijamos el diafragma y la velocidad de obturación (con este modo LIVECOMP activado). La velocidad de obturación tiene que estar comprendida entre 1/2″ y 60″ y se elige pulsando el botón MENU y luego con la flecha arriba o abajo seleccionamos el tiempo de exposición deseado, sin olvidarnos de darle al OK una vez aparece en pantalla para fijarlo.
Suponemos que hemos elegido con el procedimiento explicado f/5,6 y 8″.
Nos aparece un mensaje en pantalla: Pulse el botón disparador una vez para preparar el modo de composición.
Pulsamos ese botón, y al cabo de unos segundos, otro mensaje nos avisa de Modo de composición a punto.
Volvemos a pulsar el botón, y al cabo de los 8″ (o el tiempo que le hayamos indicado) nos aparece la imagen en pantalla para esos valores de exposición que le hemos dado, pero… la cámara sigue… ¿exponiendo? sí pero sólo para nuevos valores de iluminación que entren en escena, manteniéndose inalterada la luminosidad de la primera imagen; con lo cual cada nuevo rayo figurará en la foto, pero la ciudad no se quemará y esto es posible hacerlo por un período de hasta 3 horas.
Durante todo este intervalo de tiempo que puede llegar a ser hasta las dichas 3 horas, iremos viendo en el visor o liveview de la cámara y en visión continua, los efectos en la imagen de los sucesivos rayos, y cuando creamos que ya son suficientes, no tendremos más que volver a pulsar el disparador para que se corte la exposición, dando como resultado un solo raw de la imagen.
Genial.
Las posibilidades con la utilización de flashes son muchísimas, lightpainting…
Un ejemplo del uso del LIVECOMP
Primero seleccionamos la exposición global de la escena en este caso ISO200 + f/8 + 3,2″
Una vez abierto el obturador, la pantalla del Liveview, o el visor (lo que nosotros elijamos) se nos muestra en negro hasta que han transcurrido esos 3,2 segundos, a continuación nos muestra la foto producto de esa exposición como en cualquier cámara, pero la cosa no se detiene ahí, la cámara va efectuando continuas exposiciones a f/8 y 3,2″, pero que no influyen en el resultado de la exposición inicial, a no ser que alguno de los elementos de la imagen u otros nuevos que entren en el encuadre, se vean afectados por algún punto de luz.
En la segunda imagen se muestra el resultado de esa primera exposición con su respectivo histograma para que sepamos que realmente hemos expuesto bien, o al menos como queríamos.
La inclusión del histograma es un gran acierto, ya que por defecto, la luminosidad del liveview se reduce al mínimo para evitar un desgaste prematuro de la batería; no olvidemos que hasta que finalicemos la toma, la visión por el liveview no se verá interrumpida y esa pantalla puede permanecer encendida hasta un máximo de tres horas. Esta opción de luminosidad, no obstante, es configurable, y podemos aumentarla; yo la mantengo a su nivel mínimo, porque ya me conviene así.
En la parte inferior derecha de la pantalla se nos indica 3.2seg x 52 y debajo 02:49.0 eso significa que en ese instante se han efectuado 52 exposiciones consecutivas a 3,2″ y debajo, su equivalente de tiempo total transcurrido hasta el momento.
Como en esos casi 3 minutos transcurridos no ha habido variación de la luminosidad de la escena, la foto es exactamente igual a como era en esos primeros 3,2 segundos de la primera exposición, y aunque continuáramos exponiendo durante 3 horas, la foto permanecería invariable. Obviamente con el paso del tiempo, los valores de la parte inferior derecha se van actualizando.
Mientras la cámara va trabajando, yo preparo un flash, lo fijo a la barandilla del balcón, ajusto la cabeza reflectora del mismo a su máxima focal (en este caso 105mm.) de manera que el haz de luz afecte únicamente a mi cara y lo disparo inalámbricamente.
Me acerco a la cámara para comprobar mi posición en el encuadre y el acierto en la elección de la potencia del flash, y según el resultado deseado, voy repitiendo hasta quedar convencido. Me dirijo otra vez al balcón, me agacho, apunto otra vez la cabeza del flash a mi cabeza, y zas, lo disparo.
Camino hacia la parte trasera de la cámara, y como veo que las caras de Bélmez ya están en su sitio, finalizo la exposición pulsando de nuevo el botón disparador. Todo listo, ya tengo mis caras de Bélmez en mi fichero Raw, y sin PHOTOSHOP. Aquí un recorte al 100%
Ah, el histograma va variando en función de cómo vaya modificándose la imagen, mostrando en todo momento los valores reales de luminosidad de la escena.
Otros ejemplos:
Antes de cenar coloqué la cámara apuntando a la ventana, encendí la luz un instante para iluminar la habitación, comprobar el nivel de exposición de la misma, en este caso la quería subexpuesta, y cuando la encontré a mi gusto, dejé que la cámara fuera haciendo…
Una vez cenado subí a la habitación, y como la circumpolar ya estaba más o menos correcta pulsé el disparador para finalizar la foto.
Aquí el protagonista son los trazos de los pilotos traseros en la competición de las 24 horas de automovilismo en el Circuit de Catalunya, en que, obviamente, una exposición base de 4 segundos para mantener ese ambiente nocturno, es totalmente incompatible con la profusión y longitud de líneas curvas para un modo de exposición estándar.
Naturalmente, el LIVECOMP tiene sus límites, o por decirlo de otra manera, no puede sacar de dónde no hay.
En las dos siguientes fotos, y aunque por la noche una tormenta eléctrica hubiera quedado bien chula y visible sobre los restos de la Acrópolis de Atenas, los trazos de las estrellas no hubieran sido distinguibles, debido a la alta contaminación lumínica del entorno.
Tras esa comprobación y decepción, la opción fue hacer la foto al día siguiente, pero antes de que el cielo estuviera a oscuras, y tal era la fuerte incidencia de luz en la zona principal del encuadre, que tuve que colocar un filtro degradado para compensar la diferencia de exposición entre ruinas y entorno urbano como puede visualizarse debajo en dos fotos consecutivas, sin ajustes posteriores en programas de edición, es decir, tal y cómo salieron de cámara, solo con un recorte proporcional a 3:2, la primera con el degradado Cokin P-121 (ND8) y la segunda sin filtro. Si a simple vista ya no eran visibles las estrellas, con la adición del filtro, lo hubieran sido aún menos.
Cabe decir que con la luna casi en fase nueva, en la dirección opuesta al Partenón, las estrellas en el cielo, sí se hacían visibles, pero fotográficamente, la escena no era muy interesante.
Otra posibilidad que ofrece el LIVECOMP, es la de fotografiar escenas soleadas con el efecto de nubes sedosas, pero mi poca experiencia con ello, no me ha dejado un buen recuerdo; el efecto me resulta antiestético, y hasta que Olympus no modifique los algoritmos internos para evitar estos resultados, no creo que lo vuelva a utilizar para este tipo de fotografías.
Nota: Los datos exif del LIVECOMP reflejan solamante el tiempo de exposición de la primera toma.