Desde estas líneas hemos hablado en numerosas ocasiones el sinsentido en el que se ha convertido en ocasiones la carrera de los megapíxels, en particular en las cámaras compactas, en donde no sólo no mejoran la imagen sino que el efecto es exactamente el opuesto. La llegada de la Canon PowerShot G11 ha supuesto, por lo menos para esa gama del fabricante japonés, un punto de inflexión a esta tendencia, reduciendo el sensor de 14,7 a 10 mpix, lo que acompañado de su tamaño relativamente grande tiene beneficios directos sobre la calidad de imagen. Nuestro compañero Eduardo Calvo -edunon en los foros- ha tenido la oportunidad de probar ambas en las mismas condiciones y nos envía unas imágenes que hablan por sí solas. Muchas gracias por la colaboración.
Aquí tenéis dos ejemplos a ISO 1600 con ambas, capturadas en Raw, procesadas con los ajustes por defecto del ACR, las imágenes están a cuadro completo, reducidas a 640px:
Recorte al 100%, el raw de la G11 se nota mucho más blando en enfoque, pero en cuanto a ruido no hay palabras:
Y el recorte de la G11 enfocado a un nivel similar al de la G10:
Que cada uno saque sus conclusiones, yo ya tengo pedida una G11