Las buenas fotografías, con contadas excepciones, no son el resultado de un accidente afortunado: son creaciones del fotógrafo. Algunas personas poseen una cualidad innata para esto, y el resto debemos aprender las reglas de la creatividad fotográfica y el lenguaje de las artes visuales, pero esto no es tan sencillo como parece. En Caborian hemos querido extender esas capacidades de algunos elegidos con nuestro Curso de Fotografía Creativa: el LAB.
Manejando correctamente estas reglas, y rompiéndolas con criterio, aprendemos que una buena fotografía suele ser el resultado de una planificación cuidadosa, una espera paciente o el rápido reconocimiento de una oportunidad. Cuando estas reglas formen ya parte de nuestro pensamiento inconsciente, las fotografías que tomemos mejorarán sustancialmente. No son fijas ni inalterables, pero su conocimiento preciso nos evitará errores típicos.
La creatividad podemos definirla como una mezcla de inventiva, imaginación, inspiración y percepción. Esta capacidad, nuestro ojo fotográfico, puede entrenarse, y está basada en dos pilares fundamentales: iluminación y composición.
El modo en que la luz afecta a una escena puede llegar a cambiar dramáticamente nuestra percepción de la misma, y el fotógrafo debe aprender a controlar este recurso, a «pintar con luz». Deben conocerse sus propiedades, cómo afectan al conjunto de una escena, que mensaje pueden transmitir, y cómo utilizarlas o modificarlas.
La composición fotográfica puede ser definida como la selección de unos elementos y su disposición de manera armónica en un área de encuadre y con un determinado fondo. Esta disposición se realizará en ocasiones colocando los objetos o los sujetos en situaciones precisas, y en otros mediante la elección de un punto de vista. En el caso de elementos móviles se tratará en ocasiones de esperar a que ocupen el lugar esperado, además de organizar el espacio estaremos organizando el tiempo.
Sin embargo estas dos cuestiones fundamentales no sirven de mucho si no somos conscientes de que nuestro nuevo ojo, la cámara, tiene sus propias reglas, y no ve la realidad del mismo modo que nosotros. Aprender a controlar la nitidez, el enfoque o el movimiento -sugerido o congelado- es fundamental dentro de nuestro nuevo lenguaje, así como las relaciones de perspectiva que nos dan indirectamente las diferentes lentes. No es sin embargo la intención del LAB insistir en la técnica, que ya tratamos en el Curso Caborian de Técnica Fotográfica.
Los diferentes elementos destacarán más o menos, es decir, tendrán mayor o menor peso visual, en función de diferentes propiedades. Éstas dependerán de sus características visuales, y de las diferentes técnicas fotográficas o disposiciones de luz que empleemos para realzarlas o bien ocultarlas. Si hemos hecho bien nuestro trabajo el resultado final será atractivo para el espectador, y conseguiremos guiar su mirada a lo largo de una imagen.
A lo largo de los primeros temas del LAB hemos tratado de ver cuáles son los elementos de este lenguaje común a otras artes visuales y diferentes modos para captar la atención del espectador hacia ellos. Para ello hemos estudiado su estructura formal como elementos de diseño, sus relaciones de perspectiva, o cómo afecta la luz al modo en que los percibimos.
Cuando hemos superado ya el ecuador de este curso que no para, queremos hacer una recapitulación de los temas en los que hemos trabajado, con un índice que podéis ver en la siguiente entrada. ¿Quiere eso decir que cuando se acaben estos temas se acaba el LAB? No, finalizada la parte más general, abordaremos campos más concretos de la fotografía.
Gracias a todos, profesores y alumnos -en la filosofía del LAB está que todos seamos un poco las dos cosas-, por la participación es esta aventura Caborian
CABORIAN TEAM