Si decimos que los amaneceres y atardeceres son los momentos ideales buscados por Rafa Herrero (Deckard en Caborian), sería fácil pensar ¡vaya novedad en un paisajista!. Sin embargo, ello no implica que en su obra nos vayamos a encontrar el clásico repertorio de imágenes coloridas y dramáticas que tan acostumbrados estamos a ver.

La base de su obra es en blanco y negro, y a pesar de que en alguna ocasión él bromea achacándolo a que le costaba quitar las dominantes de color que los “filtros baratos” antes usados le dejaban en las fotos, lo cierto es que costaría creerlo viendo las escasas pinceladas de color que muestra en su galería.

Podemos decir de él que es fotógrafo “de Costa Norte”, aunque en ello (y en casi todo fotógrafo), influye bastante la fortuna de haber nacido cerca de ella o que el trabajo y la familia nos hayan aproximado, y por tanto no es difícil imaginarle buscando imágenes con un sello similar en la montaña, en el Mediterráneo o donde fuere.

De igual manera que el ritmo laboral y familiar nos lleva a buscar las primeras y últimas horas del día para salir a fotografiar, también nos limita el radio de acción, lo que obliga a aplicar el dicho: “el hambre agudiza el ingenio” y así poner a prueba el ojo fotográfico y sacar todo el provecho posible de la zona en la que vivimos o trabajamos.

En el caso de Deckard podemos admirar un magnífico y sólido trabajo realizado en su totalidad a escasos kms. de sus lugares de residencia y trabajo.

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