Los hoteles (lodges) en los que estuvimos fueron todos de la cadena Serena , y superaron las espectativas que llevábamos cuando salimos de Málaga. Los conjuntos están perfectamente integrados en el paisaje, de hecho algunos cuesta trabajo verlos en la lejanía; agua caliente, piscina, electricidad, limpieza, excelente comida… La verdad es que sorprende que ese tipo de establecimientos estén ahí, en mitad de la nada. Si hay que destacar alguno, este sería el Kirawira Camp Western Serengeti, incluído en la "Small Luxury Hotels of the World", esto es, la guía de pequeños hoteles lujosos del mundo. Sus exclusivas tiendas de campaña tienen el suelo de madera y todo el mobiliario en estilo colonial, haciéndote viajar en el tiempo y situándote en las épocas de los primeros safaris. Como anécdota, comentar que la tarde que llegamos, al igual que en otros lodges nos advirtieron que no salieramos solos de la tienda por la noche y que avisáramos a recepción para que nos acompañaran en todo momento… desde nuestra tienda escuchamos claramente el sonido de búfalos y cuando íbamos a cenar escuchamos unos rugidos impresionantes… el empleado del hotel que nos acompañaba se giró sonriente para confirmarnos lo que sospechábamos, "lion, lion" dijo, aquello sonó como si estuviera a menos de 100 metros; alucinante.
En el aspecto fotográfico, antes de salir estuve viendo muchas fotos del tema "safaris" y llegué a la conclusión de que todo el mundo hacía las mismas fotos; una vez allí te das cuenta de porqué eso es así. Si no tienes un super equipo, si no tienes un coche para ti solo, si no tienes los permisos especiales por parte de las autoridades pertinentes para acercarte a los animales saliéndote de los caminos, etc, es prácticamente imposible hacer fotos "diferentes". Si piensas que puedes hacer las fotos que vemos en libros y revistas especializados en la materia yendo como un simple turista, olvídate; al menos yo no he sido capaz ni he visto la posibilidad de serlo. Es cierto que algunos animales están muy cerca, de hecho hubo un elefante al que no pude hacerle fotos por ir con el 70-200 con el duplicador y no poder encuadrar medio razonablemente, pero ya se sabe que nunca es demasiado cerca. Antes de irme alguien me dijo que con el 70-200 era suficiente, yo llevaba el duplicador con lo que contaba con un 400, pero, personalmente, creo que un 400 también se queda escaso en un 80% de las ocasiones.
Distancias focales aparte, el otro gran problema es la luz. La dureza consabida de la luz no es el problema principal, los animales se suelen situar a la sombra por lo que la diferencia de luces es abismal, si expones a la luz el animal sale negro, si mides al animal, achicharras el fondo. Por otro lado, siempre suele haber nubes por lo que las condiciones de luz son muy cambiantes; en el momento que se nubla, el 5.6 a 100 ISO se hace difícil de manejar por lo que hay que subir ISO… con las cámaras de nueva generación puede no ser un problema, con mi vetusta (y sin embargo adorada) 10D esto es un gran problema. Las fotos sacadas con el duplicador (objetivo a 400 mm) a ISO 400 han ido directamente a la papelera, el ruido era infernal y la definición pésima. En general, los días amanecían cubiertos, según iba calentando el sol las nubes desaparecían casi por completo y en el momento en que empezaba a bajar, las nubes aparecían de nuevo.
Los masai son el otro gran atractivo fotográfico de esta parte del viaje. La dureza de la luz y el color de su piel son una bomba a la hora de hacer fotos, si a eso añadimos que se suelen poner collares y pendientes de plástico blanco brillante, la hemos terminado de liar. Una vez que consigues solucionar el problema técnico llevándotelos a la sombra (y siempre vigilando el fondo porque lo más probable es que tenga mucha luz y se queme), te encuentras con otra cuestión más difícil de solucionar si cabe, no les gusta que les hagan fotos y no miran a cámara, se tapan la boca, etc… Para solucionar esto hace falta mucha mano izquierda.