Cuando vi en el programa de competición de ese día, que por la noche llegaba la final de pértiga (femenina, aunque ya nadie se acuerda de que también hay pértiga masculina…) me hice un hueco para no perdérmela. Porque hay que estar ahí, simplemente. ¡Vaya espectáculo!
Esa cara de Isinbayeva viendo viendo repetido su salto en la pantalla del estadio tras el segundo intento fallido de batir su propio récord del mundo debió desanimar a más de uno…pero aún así, los cientos de teleobjetivos que la enfocaban no pensaban perderse detalle, porque hay pocos atletas en el mundo que atraigan de tal manera los sensores. Y es que ningún guionista de cine podría haber inventado un personaje mejor diseñado, ni un final más emocionante para la película.
Desde que empieza el concurso de pértiga hasta que salta ella pasa un buen rato. Hay dos partes muy diferenciadas en esto de la pértiga femenina : una en la que se juegan dos medallas, plata y bronce. En medio de ésta, Isinbayeva hace un salto. A lo sumo, dos. Y el oro es suyo. Y cuando han terminado las demás y se han ido, empieza el espectáculo.
En los saltos de las demás competidoras, y entre salto y salto del español que en ese momento competía en longitud, y que también estoy haciendo, cincuenta metros más atrás en la misma curva, voy haciendo pruebas en diversos puntos.
En los dos saltos que hace Isinbayeva, me fijo en que mira hacia su entrenador al ponerse de pie en la colchoneta, le localizo y decido hacer allí la prueba, porque cuando consiga el récord quiero las fotos de frente. Me voy para allá y veo que estoy casi de perfil al salto. Hay dos carteles de Beijing 2008, arriba, a la altura del listón, que estropean el momento del paso, pero la subida y la caída son buenas.
Intenta 4,95 y por poco se acaba todo ahí, porque hasta el tercer intento no lo consigue. Le cambia la cara.
Todo lo demás ha terminado en el estadio. Empieza el intento del récord, y 91.000 personas y varios cientos de voluntarios, periodistas y fotógrafos se olvidan de que existe el resto del mundo. A estas alturas empiezo a tener claro cómo tirar.
Estoy con el 400 y el encuadre es muy justo para un movimiento tan cambiante : carrera horizontal, casi parada en el momento de doblar la pértiga, subida fulgurante, el paso horizontal del listón, y caída. Todo eso con el monopié y el 400, y no quiero cortar nada. Preenfoco al listón, que tengo casi de perfil…pero lo hago al centro, a las bandas rojas, por donde debe subir y pasar ella.
Un intento. Fallo de ella, y mío. El preenfoque no fue muy bueno, decididamente. El listón está casi de perfil, y eso hace que enfocar a las bandas rojas sea complicado.
Se lo toma bien, no parece preocupada. Viene a ver al entrenador. Todos se plantan debajo muy histéricos para hacerle un contrapicado. Yo me alejo un poco con el angular.
Segundo intento. Autofocus para seguirla, nada de preenfoque. Salta. Oh, oh…falla. Hasta ella no lo ve claro. Decepción en el nido. Esto pinta mal.
Por poco se me va el foco al fondo si llego a perderla un instante, demasiado arriesgado. Y movida…Decido poner 1000 ISO, 1/640s. y f4. Con menos velocidad, y con esta focal, no consigo sacar nítida la cara, y eso no es negociable. A mi lado, veo 2500 ISO en una MarkIII…
Decido pasar del autofoco durante el salto para concentrarme en el encuadre, en seguirla bien durante todos esos movimientos. Vuelvo a preenfocar a las bandas rojas del listón. Con mucho cuidado…tiro una foto. Mal, no están a foco. Repito. Amplío a tope en la pantalla de la cámara…Perfecto. A ver si hay suerte y salta justo por el centro!
Se acerca el tercer intento. El estadio dando palmas, impresiona. Levanta la pértiga. Se elevan los decibelios, siguen las palmas. Toma aire, mira el listón. Yo miro con el izquierdo por el visor encuadrando la subida, y con el derecho la veo a ella. Empieza la carrera y el rugido del público es increíble. Llegó el momento. Es curioso, no pienso «Que lo pase, que si no las fotos no valen para nada», sino que sólo me repito : «atento a cuando aparezca en el visor…no la cortes, no la pierdas, hay que seguirla bien mientras sube…y no toques el foco, no lo toques…ah…!»
Aparece en el visor, encuadro, y disparo en ráfaga…click, click…sube…click, click, click…por dios, no la corteeeeeeeeeeees….y de repente, el estruendo : ¡ha pasado!!! Los gritos del público, los de ella, más fotos, mira hacia aquí, más fotos, más…qué bonito! Baja de la colchoneta, grita, salta, coge la bandera…y se aleja. Tiempo para ver las fotos del salto , como salieron de la cámara, sin recortar ¡¡¡Perfectas!!!
JMC