Delmi Álvarez (Vigo, 1958) es un fotoperiodista gallego que en 1989 inició su proyecto Galegos na Diáspora que pretende seguir el rastro de muchos de los emigrantes gallegos repartidos por todo el mundo. Actualmente trabaja en otro proyecto sobre el Camiño de Santiago junto a cinco fotógrafos gallegos y un danés. También colabora con la Televisión de Galicia en un documental sobre su proyecto de la diáspora.
Delmi Álvarez es representado por la agencia COVER/CORBIS.
Galegos na Diáspora es una consecución de motivos; una emigración propia, de tener familia en la emigración, quizá al principio no tenía muy claro lo que quería, pero a los 17 años ya estaba viajando a Alemania, con lo puesto, y desde el momento en que descubrí como era la vida de mis tíos y amigos fuera de Galicia, entendí que había que hacer algo. Los proyectos documentalistas a largo plazo nunca se saben cuando los vas a acabar. El proyecto es un punto de vista más de un emigrante fotógrafo, nómada, universal y ciudadano de cualquier barrio del mundo.
Un proyecto que se prolongó 16 años, ¿como se mantiene el ritmo y el interés?
Quizá ha sido una suma de inquietudes, el de conocer de cerca la emigración, también los cambios políticos que hubo en Galicia, que recomendaban a emigrar. Después de el primer viaje por Europa en bus y tren, el segundo por las Américas vino casi sin pensarlo. Ahorré todo lo que pude y viajé con lo mínimo y las dos cámaras.
Has documentado la emigración gallega. Ahora hemos pasado de ser un país emisor a ser receptores. Las circunstancias y los modos han cambiado, pero hay algún paralelismo entre aquella situación y la actual?
Bueno siento decirte que todavía seguimos siendo un país que emite migración. Ahí tienes la gente que sale de las facultades y no tiene donde meterse. Por supuesto que ahora tenemos más conciencia de que dejar que se nos vayan del país así como así, empieza a preocupar a muchos, pero lo llevamos en la sangre. Somos un pueblo incondicional, con nuestra idiosincrasia y seguiremos cruzando el telón de grelos por siglos. También hemos aprendido de que hay que ser receptores de aquellos que buscan una nueva vida. Hay muchos casos, y mejor preguntarle a ellos, pero creo que en Galicia, de momento, todavía no están padeciendo lo que padecen en el sur o en el este de España, donde las masificación de emigrantes es numerosa, con muchísimos problemas, que deben ser resueltos desde la propia Constitución española. Emigrar es sinónimo de cambio, de búsqueda. La emigración, los pueblos migratorios existen desde el comienzo de la Humanidad, y los métodos de migración son iguales o peores que entonces. Emigrar no significa dejar tu país, tu familia, el todo que te rodea, tu cultura e irte a otro lugar donde te van a reconocer tus derechos. Desgraciadamente no es así. Cuando alguien llega desde lejos, necesita ante todo comprensión, atención y respeto. Poco a poco podrá existir una integración pero al principio las circunstancias de adaptación a ese nuevo sistema son terriblemente demoledoras. Yo creo que sigue existiendo un paralelismo actualmente. No pienso en mí, ya pienso en aquellos que mucho peor que yo no tienen un lugar donde dormir, un plato de comida, unos amigos, un entorno de cariño. Sin eso el individuo llega a perder su dignidad, y por ello debemos ayudar.
Seguir trabajando desde aquí o en donde sea. Me han preguntado esto bastantes veces, pero nunca sé donde voy a estar mañana (se entiende con el trabajo). Trabajar en fotoperiodismo para proyectos abiertos, como el documentalismo o de reportaje implica sobre todo tener unas grandes dosis de aventura, y mente abierta a otras culturas. Evidentemente todo ello cansa pues todavía hoy, sigo viajando en avión, bus o tren de un lado para otro. Eso me motiva, me da jovialidad, me entretiene y crea en mí muchos cambios de pensamiento. Todo ese aporte de conocimientos y fotografiar lo que es nuevo me impresiona, satisface y me motiva a seguir haciéndolo para el resto de mis días. Actualmente dirijo y llevo el comisariado de un proyecto sobre el Camiño de Santiago. Somos un grupo de 6 fotoperiodistas gallegos con excelente trayectoria profesional (muy trabajada) que empezamos un proyecto sobre el Camiño de Santiago en Galicia. Nuestra suerte fue que alguien más gentil y maravilloso que nosotros entendiera el proyecto y le diera el visto bueno. Me refiero a Rubén Lois, Director Xeral de Turismo. Este proyecto tendrá itinerancia por varios países escandinavos para dar a conocer o Camiño desde el punto de vista de autores gallegos.
Trabajo en otros proyectos personales quizá un poco más alejados de Galicia, tirando hacia Asia. Pero mejor acabar lo que se ha empezado y veamos resultados.
¿Cómo te iniciaste en el fotoperiodismo?
Soy autodidácta. Mis inicios son los de un chaval que quería viajar y hacer fotos. Salí de casa con la camisa puesta (no era negra) y viajé. De esos viajes nació mi pasión por la fotografía.
El mundo sigue siendo igual de mal. Guerras, y conflictos. Política de unos cuántos. Mi pregunta es: ¿para cuando una lógica general y que los pueblos se abracen y trabajen por la PAZ?
Con la última moda en prensa de los multimedia (pases en flash con audio), ¿crees que el video acabará con la foto?
Creo que el video se está conviertiendo en una herramienta más dentro del trabajo de los periodistas pero la fotografía es un bloque universal que cuenta con millones de adeptos. De todas formas soy partidario de los nuevos multimedias con flash y audio.
En los últimos conflictos bélicos hemos visto a los periodistas convertidos en objetivos militares. ¿Hay hueco para la objetividad en la aldea global?
Quizá los periodistas se han convertido en noticia de ellos mismos, y eso va en contra de la ética y deontología profesional. Que un periodista sea noticia es absurdo. Se han escrito muchas crónicas desde el lobby del hotel, tomando un té o un café o una botella de vodka, mientras afuera la lluvia de metralla segaba vidas. No creo que sea el caso de los fotoperiodistas. Han muerto muchos compañeros en defensa de la verdad y se merecen un homenaje. Es normal que nos convirtamos en objetivos militares porque estamos en el medio del lío. O sino que se lo pregunten a los que cubren las informaciones de las protestas callejeras con la policía por un lado y los manifestantes por otro. Se recibe de los lados. La objetividad es difícil, porque lo vemos siempre con un posicionamiento personal. Ya no es objetividad, es el ángulo de visión con el que realizamos la foto.
Existe solidaridad y mucha. También los hay que van haciendo su propia guerra. Bueno, pues que la hagan. Personalmente me he encontrado de todo. Por mi parte siempre tiendo la mano para ayudar y no crear más problemas a quién ya de por sí los pueda tener. Imagínemonos a un cólega que se rompe la digital o lo que sea y no tiene con que seguir trabajando. Pues hay que ayudarle, no queda otro camino. A nosotros nos puede pasar lo mismo algún día. ¿No?
¿Usas cámaras digitales? ¿Desde cuando?
Tengo dos digitales pero también utilizo las analógicas Nikon FM2. Desde hace unos 6 años , cuando trabajaba para AP.
¿Qué opinión te merece el digital?
Es el futuro. No hay duda. Pocos comentarios excepto a que hoy te compras una y mañana ya sale otra nueva. Un gasto de dinero.
¿Viajas ligero o te llevas todo el equipo? ¿Siempre hay una cámara en tu bolsillo?
Ligero, muy ligero, las dos digitales con unas lentes y la mochila. En algunos casos el trípode por razones especiales y nada más. Siempre hay una cámara pero me mido mucho ahora con lo digital. En menos de nada llenaste 40 Gb de disco duro.
Unos jeans, toalla, camisetas y ropa de abrigo e interior. Poco más. Vivo al día y trato de vivir el momento. No me complico mucho con llevar cosas innecesarias. ¿Para qué? Lo aprendí viajando, en África sobre todo. Cuánto más tengas más vales. La ostentación tiene su precio. He adoptado tener siempre a mano prendas de algodón puro, porque secan rápido y son calientes o frescasa en cualquier época del año. Tengo una radio de onda corta que me pone al día de lo que pasa. No llevo móviles. Si quiere alguien localizarme que ponga un anuncio en la radio. ;-)
¿Cómo preparas un reportaje? ¿Qué es para tí un reportaje fotográfico?
Depende de que tipo de reportaje. Si es inminente trato de leer sobre todo acerca del país, me bajo de internet todo lo posible y me lo voy leyendo en el avión. Un reportaje fotográfico es una conclusión de imágenes que el fotógrafo aplicando su estilo personal. En un reportaje aplico mi experiencia profesional tratando de que todo de una idea en 12-15 fotos. Para un trabajo largo como el de Galegos na diáspora he empleado mucho tiempo, investigación y dinero.
¿Que objetivo es el que más usas?
Me quedo con un 28mm. pero depende de la situación claro. Para el retrato me va el 85mm.
¿Son los ISO altos un mal menor?
Depende como se use. Por ejemplo yo he utilizado durante mucho tiempo Kodak Tri-x forzado a 1600 Iso revelado con D-76. Tiene un tiempo de agitación muy suave y solo te quedan buenos resultados si controlas luego el positivado. En digital es más complicado por el ruido que se genera en el pixel.
Lo dejo al gusto de cada uno. Pueden generarse malas interpretaciones. Yo me implico en mi compromiso con la fotografía, con mi trabajo y con aquello que luche en pro de la igualdad y la calidad humana. Me gusta la fotografía donde apraece el ser humano, su presencia es importante.
¿Se deben publicar todas las fotos o aquellas más crudas deberían evitarse?
Debe respertarse la intimidad y la privacidad de las personas. Hoy en día muy pocos diarios publican fotos sensacionalistas en portada porque todos estamos cansados de ver en la tele mucha basura y fotos muy trágicas. De todas formas hay una clientela a la que le gusta el morbo y para ellos hay revistas o internet especializado.
¿Es la cámara un aislante de la realidad?
A mi me acerca; quizá me subyuga en determinadas ocasiones y me impide apretar el disparador. Pero a la vez trato de que esa realidad no me deje hacer mi trabajo, que es el de testigo que busca evidencias del mundo donde vive, de su entorno. Gracias a la cámara he descubierto que vivimos en un planeta maravilloso, repleto de naturaleza y que nos lo estamos cargando poco a poco. Esa es mi realidad.
Si quizá tengas buena parte de razón en esa tésis. Posiblemente más que pantalla una trinchera, un parapeto desde el que nos acomodamos o no y nos convertimos en voyeurs de esa realidad. No creo que haya muchos humanos que sean indeferentes a lo que tengan delante. La fotografía, las cámaras han sido la mejor herramienta para exteriorizarme. Reconozco que estoy muy jodido por todo lo que he tenido que tragar. Me cae mal la policía (aunque haya buena gente como en todos lados claro) pero me han dado como a muchos. Me caen mal los militares (y repito lo anterior), me caen mal los nazis y los xenófobos, pero trago saliva cuando los tengo delante y coloco la cámara para que no me salpiquen. Debo ser objectivo y fotografiar lo que tengo delante. Ellos también forman parte de este planeta, aunque preferiría que se fueran a otro. Se pueden hacer fotos en situaciones duras, pero a veces el visor se nubla porque uno no es de piedra. Eso te lo digo así, como lo aseguran otros miles de comprometidos con la vida y con la fotografía. Al final, todo eso que fotografias y que analizas através del visor se convierten en fantasmas. A veces no consigo hacer esa foto que desearía porque ya tengo el presentimiento de que me van a dar (la pasma, o quién sea) y entonces lo dejo. Prefiero irme a otro lado. Esos fantasmas vuelven algún día y te persiguen, en sueños o en la propia realidad. Poco a poco dejas de confiar en la cámara y dejas de hacer esa foto que deseabas.
¿Cual fue la situación más insólita que viviste en un reportaje?
He vivido bastantes situaciones, pero siempre trato de dejarlas en el olvido. Aunque para la ocasión te puedo mencionar la que viví en Guinea Ecuatorial, donde el pueblo vive una auténtica dictadura. Porque no invaden los USA Guinea? Será el petróleo que tienen claro. En Guinea los periodistas no son bienvenidos, no por la población sino por el sistema. Te consideran un espía. Veo que muchas gente va a muchos países a fotografiar, pero no van a Guinea, un país mágico y maravilloso. Entrar entras, pero salir lo veo difícil, y con eso ya te digo todo.