Todo comenzó una tarde aburrida hará un par de años. Mi gran amigo Flavio (el obturatto) y yo nos disponíamos a probar una nueva función de vídeo que traían nuestras flamantes cámaras. Había que llevarlo al extremo más Caborian y no se nos ocurrió otra cosa que acoplar un 300 F2.8 a la cámara para ver que tal eso del vídeo. No había dios que controlara el movimiento, aquello se meneaba más que el potro de Folgueroles en una espicha, así que nos encomendamos a San Caborian que nos aconsejó utilizar una Steadycam con brazo articulado. Tuvimos que poner un par de kilos de contrapeso para que el sistema funcionara y mantuviera el focu. Después de varias tomas, formateamos las CF y nos fuimos a tomar unas bravas para pensar en lo que aquello suponía.
Era sin duda una señal, el guardian de la fé nos había alumbrado, nos había descubierto un nuevo modo de hacer el Caborian con nuestras DSLR, había que seguir el camino marcado y adaptarse a los nuevos tiempos.
Han sido muchos meses en busca de la luz, largas reuniones con los gurús de la técnica, horas y horas de
tiradas a la papelera,...
Ahora, el Consejo Caborian me encomienda la misión de guiaros hacia los oscuros mundos del vídeo en DSLR, una nueva etapa que con la ayuda de todos los conejos nos descubrirá sus entresijos técnicos. Mi labor comienza aquí, espero tener balas suficientes.
Bienvenidos/as.