Pues eso
, no se si se ha tratado antes el tema, pero viendo los resultados tan interesantes que puede dar esta disciplina, el otro día me puse a buscar información y a hacer alguna que otra prueba a ver los resultados que obtenía, con intención de preparar algo ya perfectamente elaborado.
Claro, para 3 segundos de timelapse, reproducidos a 25fps, con una suavidad que se haga agradable de ver, me hicieron falta una buena cantidad de fotos (no recuerdo ahora el número exacto). En mis pruebas disparaba cada 15 segundos, son 4 por minuto, 240 por hora.... A este ritmo para obtener un vídeo de 10 minutos hacen falta varios miles de fotografías. De acuerdo, me podría permitir el lujo de hacer un time-lapse, pero, ¿y si me va la marcha y quiero seguir haciendo montajes?
No tengo claro la vida real garantizada de nuestros obturadores, todo irá en función de marca y modelo, pero tras leer veo que un número bastante estandarizado son los 100.000 disparos. Aún haciendo deportes en ráfaga a 8fps necesitaría mucho tiempo para llegar a esas cifras.
La cuestión es que he dejado aparcada mi inquietud por el timelapse precisamente por el miedo a acortar drásticamente la vida de mi obturador (acortarla en tiempo, no en nº de disparos, claro), ya que a la que me ponga a hacer montajes con cierta duración y frecuencia me acercaré peligrosa y rápidamente a esa cifra de los 100.000.
Y claro, al
no ser estos montajes para un uso profesional (convenientemente remunerado), sino por mera satisfacción personal, no me apetece demasiado darla esa tralla a la D700.
Me pilla fuera de juego pero, en las cámaras con opción de grabación de vídeo, ¿no sería menos perjudicial para la vida del obturador hacer largas grabaciones de vídeo y luego tratarlas y acelerarlas para tener ¿
el mismo resultado?? Claro que lo mismo una tarjeta de 32gb o 64GB no permite tantas horas de grabación de vídeo HD.
¿La duda es, los que hacéis habitualmente timelapse no teméis por la muerte súbita de vuestro obturador?
Saludillos