1.1. El objetivo.
Los objetivos transmiten a la película o sensor puntos de luz, que por efecto de la difracción
(->) aparecerán como un punto circular rodeado de una serie de anillos alternativamente
brillantes y oscuros. Los puntos centrales son los llamados discos de Airy (por el astrónomo
inglés George Biddel Airy, 1801-1892, ->), de luminosidad decreciente, mientras que el
conjunto de anillos concéntricos se conoce como patrón de Airy. La difracción se debe a
causas físicas que no tienen remedio. Lo ideal sería que tanto el círculo central como el halo
fueran lo más perfectos y pequeños posibles. Idealmente deberían ser infinitamente
pequeños y circulares, que es imposible. Cualquier desviación de este ideal, sin embargo,
es una indicación de degradación de la imagen original, y la difracción no es la única.
Cuanto mayor es el efecto de la difracción, mayor será también el diámetro del disco de Airy.
La difracción es similar al efecto del agua que sale a presión por una manguera, una especia
de dispersión del flujo de agua cuando ésta se ve liberada de la presión del conducto (->). El
efecto es, como se ha dicho, una ampliación del diámetro del punto de luz, y una
cancelación y refuerzo de la señal en la superficie del círculo que provoca la aparición de
esos aros concéntricos.
Por su parte, las aberraciones (->) (del latín ab errare, ab, fuera, errare, errar, es decir,
apartarse del camino, desviarse o extraviarse) provocan alteraciones diversas en el círculo o
el halo, entre ellas la de esfericidad, de coma, de curvatura de campo, de astigmatismo y de
distorsión –aberraciones monocromáticas o geométricas–, más las aberraciones cromáticas
(que son de dos tipos, longitudinal y lateral). A estas aberraciones se las conoce como
aberraciones de tercer orden o de Seidel (por el matemático alemán Ludwing von Seidel,
1821–1896, ->), pero hay otras de órdenes superiores (las 9 aberraciones de quinto orden o
de Schwarzschild, las 14 aberraciones de séptimo orden...). Las aberraciones más
importantes para la fotografía son las de tercer y quinto orden, y éstas últimas van ganando
peso conforme aumenta el ángulo visual y la luminosidad del objetivo, degradando la
imagen independientemente del grado de corrección de las aberraciones de Seidel. Esto
obliga a llevar la corrección más allá y a tratar conjuntamente las de tercer y quinto orden.
Dado que no hay grados de libertad suficientes (radios, grosores y espacios) para una
corrección completa de todas las aberraciones, es usual dejar permitir una cantidad
controlada de algunas para compensar la presencia inevitable de otras.
Así pues, la capacidad resolutiva de un objetivo (aerial image resolution) depende de las
aberraciones y la difracción. Cuando cerramos el diafragma las aberraciones se ven
mitigadas y el único factor limitante es la difracción. Cuando abrimos el diafragma la
difracción pierde importancia pero las aberraciones cobran fuerzaExtraido de un excelente ebook libre de Efrain Garcia y Rubén Osuna
http://www.uned.es/personal/rosuna/resources/photography/ImageQuality/fundamentos.imagen.digital.pdf