En alguna ocasión he escaneado alguna diapositiva mediante servicios profesionales y con destino a trabajos de publicidad y diseño gráfico. No voy a decir que el resultado sea decepcionante, ni mucho menos; solo que, en ocasiones, te obliga a revisar la calidad real de la diapositiva original. Si ,además, la diapositiva tiene sus añitos.... que sí, que el paso del tiempo no perdona. En cualquier caso, el resultado del escaner profesional obliga siempre a ciertos retoques, como el ajuste del contraste y a pagar la servidumbre de un tamaño en discordia con el original (la resolución de remuestreo ha de ser al menos del doble).
Por el contrario, como solución plenamente efectiva, la fotografía directa de la diapositiva proporciona casi siempre resultados dignos y, en ocasiones, casi perfectos. Sirve un duplicador analógico de diapositivas o alguno de los artefactos sustitutivos que existen en el mercado, como el Reflecta; también algún arreglo de brico casero puede funcionar. El resultado final dependerá sobre todo de la óptica empleada (y también de la cámara, claro). Hay que realizar algunos ensayos previos según el montaje utilizado en cada caso, para garantizar sobre todo que enfoque y encuadre sean perfectos. La iluminación posterior no plantea ningún problema, pero conviene revisar la información existente sobre duplicado de diapositivas.