Quisiera desarrollar un punto interesante que los autores del artículo de Caborian, como también yo, apuntaron, y es el problema de la identidad de Leica en la nueva era Digital.
Los anteriores directores de Leica eran plenamente conscientes del problema, y optaron por sacar un rendimiento al boom marginal, pero manteniendo las líneas profesionales, R y M, en soporte analógico. Esa estrategia condicionó seguro el diseño de la R9 + módulo.
La idea es, como han hecho siempre, esperar a que la tecnología madure antes de adoptarla. El fallo ha estado en que la fotografía analógica se ha hundido muy rápidamente. Ahora están sin una línea de productos digitales, y sin recursos para desarrollarla.
Asumir una tecnología digital inmadura supone una erosión terrible de la imagen de la marca, pues las lentes cuestan una foturna, duplicando (o más) el coste a cambio de una ganancia marginal en calidad de imagen. Esa ganancia se aprecia en determinadas condiciones, y en soporte químico.
En soporte digital la superioridad de las lentes Leica es más subjetiva.
Durante 50 años se ha hecho evolucionar las lentes en una determinada dirección: tratar de conseguir mayores resoluciones con más contraste. El desarrollo de las emulsiones ha permitido que, con determinadas películas, disfrutáramos de esa mejora en las lentes, que Leica ha llevado al extremo.
Pues bien, todo ese esfuerzo, por el que pagamos, no vale nada en el medio digital. Con un sensor con un límite Nyquist de 73 pares por milímetro, el que una lente Leica resuelva más de 100 pares con buen contraste no solo no sirve de nada, sino que trae problemas (el aliasing y sus "huellas" en la foto).
No es que la resolución del sensor Kodak sea pequeña. De hecho es similar a la máxima ofrecida por Canon hoy día (6,4 micras en la 20D, frente a 6,8 en el sensor Kodak del módulo).
Cabe la duda de si hay que rediseñar las lentes para adaptarlas a la tecnología actual o si hay que esperar hasta que ésta alcance a las lentes de 35mm clásicas. Leica optó por lo segundo, claramente.
En este sentido el diseño del módulo es muy interesante, pues permite revisar la tecnología base del equipo dentro de unos meses. Pero para que esa oferte resulte atractiva es absolutamente necesario ofrecer la máquina a un precio menor, y contar con ciclos de desarrollo del producto más cortos. No acabo de entender qué ha costado tanto tiempo a Imacon, cuando la tecnología que tiene es la de sus respaldos digitales. Los problemas derivados de la fusión con Hasselblad han dilatado más un proceso que ya era de por sí absurdamente largo.
Lo mismo puede ocurrir con la M Digital: un precio astronómico y una tecnología ya superada.
Esa es la línea del análisis (pesimista) de Erwin Puts.
En cuanto a la calidad en sí de las fotografías que proporciona el módulo, me parece estupenda, y a ISOs bajos habría que ir a una cámara de más resolución para encontrar algo mejor (la Canon 1Ds Mark II, o ahora la 5D, pero no creo que la D2X). Esa fue mi impresión general con ella (véase esta comparación entre 1Ds y respaldo, cuyos resultados son casi idénticos a los que obtuve yo:
http://www.luminous-landscape.com/reviews/cameras/kodak-dcs.shtml). Es decir, no es un equipo amateur, pero tiene limitaciones derivadas de lo especial de su diseño. Por ejemplo, las ráfagas son lentas, pero en una cámara de enfoque manual ese no es un aspecto esencial. Otras limitaciones no tienen que ver con el concepto del aparato, y uno puede desear algo mejor (pantalla LCD, duración de las baterías), aunque cuando se compara con equipos similares se descubre que, por ejemplo, la duración de las baterías es similar a la de la Canon 5D.
Por tanto, comparto el pesimismo de Puts, pero no la ponderación que lleva a un resultado claramente negativo en el análisis de Caborian. La cámara ofrece un diseño excelente para un manejo manual, que ni la difunta Contax N igualaba, un visor soberbio, construcción de lujo y gran calidad de imagen, con limitaciones derivadas del diseño y otras que se deben (supongo) a decisiones durante el dilatado proceso de desarrollo de Imacon/Leica, verdadero problema del aparato a fin de cuentas. Hace un año, o a 1500 euros menos, el atractivo sería mucho mayor. Y es que ya no estamos en tiempos de las sales de plata.