Pues no sé si alguien habrá hecho ya el símil automovilístico, pero...
No es lo mismo poseer un utilitario que un sedán lujoso. Los dos pueden ser buenos coches, pero uno siempre será mejor que el otro en muchos aspectos: comodidad, seguridad, durabilidad, equipamiento de serie, gama de colores a elegir, motorización, extras...
También hay diferencias en el precio de compra, en el consumo, coste de mantenimiento, coste de los neumáticos, de reparación de las posibles averías, etc.
A la hora de plantearnos la compra de un coche tenemos en cuenta muchos de estos aspectos y, dependiendo del uso que vayamos a darle y del presupuesto de que dispongamos, nos decantaremos por uno u otro.
Si sólo viajamos una vez al mes para hacer 25 Km. por autovía, o bien somos comerciales y estamos todo el santo día en las variopintas carreteras patrias (>100.000 Km/año) y nuestro vehículo es una herramienta de trabajo, la inmensa mayoría de nosotros coincidiría en la elección. Claro está, estos son los dos extremos.
El día que hay niebla, el firme está mojado y un perro (o dos o tres en fila india, a mí me ha pasado
) se cruzan delante de tus faros, es cuando realmente agradeces los buenos neumáticos y amortiguadores, el ABS, el control de estabilidad, la dirección asistida de dureza variable y el resto de sistemas de seguridad activa y pasiva de que dispongamos. Esperamos que funcionen correctamente, y lo hacen. Esta también es una situación extrema, como la ola que bañó a C-E y su equipo fotográfico.
En circunstancias normales, ¿notaremos diferencia entre viajar desde Madrid a, digamos, Teruel, en un picanto o en un CL-500? En invierno, en verano, con atascos, con lluvia, con hielo, de noche, de día, solos, con la suegra...
El que diga que no hay diferencias es que no tiene sensibilidad.
Ahora bien, si alguien prefiere ir en el picanto a pesar de todo, yo respeto su elección (aunque no la comparto).
Saludos