Picassa, al igual que Aperture o LR, guarda los cambios en un pequeño archivo, sin alterar el original, y solo genera la copia modificada si se le pide que lo haga (que exporte la foto, vaya). iPhoto crea una copia por narices y además la ubica dentro de su fototeca (con un entramado de carpetas bastante discutible). Pero, lo más irritante, es que no respeta la organización que hagamos en el Mac a base de carpetas y subcarpetas, sino que organiza las fotos según su propio criterio, también bastante discutible. Es más, por defecto duplica las fotos al importarlas y, si se opta por que no lo haga, importa alias (accesos directos), pero sigue guardando las versiones modificadas en la intrincada fototeca, con lo que el desorden está garantizado... Diría que es similar a iTunes en cuanto al modo de gestionar los archivos: bien mientras seas fiel al programa y a su manera de hacer las cosas, pero no es fácil divorciarse de él... En mi caso me adapto a iTunes, pero preferiría que iPhoto se adaptase a mí.