Como ya he comentado alguna vez, uno de los órdenes que más me fascinan dentro de los insectos son los neurópteros. En el caso que hoy nos ocupa, la comúnmente conocida como
Crisopa o
hada (esta que os presento
Chrysoperla sp, prob
C. mediterranea), ocurre como con las mariquitas: son unos aliados especiales de los agricultores en el control de plagas de áfidos (los pulgones que
nos presentaba el otro día Gus), ácaros y alguna larva. Se trata de criaturas crepusculares, que pueden observarse fácilmente (aunque no es fácil fotografiarlas por su pequeño tamaño y porque suelen ser bastante esquivas).
Como una de tantas curiosidades de estos insectos, su ovoposición es muy singular: los huevos poseen un pedúnculo pegajoso que se adhiere a las hojas, protegiéndolos de los depredadores. En la foto que os muestro hoy puede verse uno de ellos (generalmente son racimos de media docena o más). No,
yo tampoco lo vi, en parte porque no está en el plano focal, hasta que no descargué la foto en el ordenador. Podéis colegir su tamaño del posadero (fruto del Alfilerillo,
Erodium cicutarium), cuyo tamaño no es mayor de 2,5 cm. El huevo mide apenas unos milímetros.
Su ojo también es muy singular e hipnótico. Otro día pondré un acercamiento para que disfrutéis de sus irisaciones.
Sony A99 + Sigma 180 macro, f8, ISO 200, 1/200s