Si tus fotos no son suficientemente buenas es que no te has acercado lo suficiente. Esta frase de Robert Capa podría resumir la forma de trabajar de toda una generación de fotógrafos y fotoperiodistas sin teleobjetivos ni zooms, utilizando casi exclusivamente un objetivo normal, y cuyos máximos representantes podrían ser Henri Cartier-Bresson, Robert Doisneau y el propio Capa.
Entendemos por objetivo normal aquel cuya distancia focal es igual a la diagonal del formato usado. Para el negativo estándar de 35mm esa diagonal es de 43,3mm, si bien la focal más citada habitualmente como normal es la de 50mm. En el blog de dpreview hay un interesante debate sobre esto. Para una cámara de formato recortado APS-C sería muy aproximadamente un 28mm y para una micro 4/3 sería un 20mm. En un sentido amplio podría entenderse un objetivo normal como aquellas focales entre 35 y 60mm en formato 35mm o FF. La versión moderna -inevitablemente un zoom- es el llamado zoom normal, con un rango de 35 a 70 mm o similar.
El diseño de los objetivos normales de focal fija es sencillo, lo que permite construir objetivos muy luminosos y económicos, que en su tamaño también tienen su virtud –la discreción- para el tipo de fotografía callejera y espontánea en el que encaja mejor. Un ejemplo reciente lo tenemos en la nueva Lumix GF1 con el objetivo pancake de 20mm f:1.7. También hace que sean los objetivos mejor corregidos respecto a todo tipo de aberraciones, produciendo imágenes con una nitidez espectacular.
La perspectiva que produce un objetivo normal viene dada –y de ahí su nombre- por su ángulo de visión de unos 45º, que se corresponde aproximadamente con el campo visual nítido del ojo humano inmóvil y sin incluir la visión periférica.
La sensación que produce observar una fotografía realizada con un objetivo normal es la de una perspectiva natural, sin distorsión de líneas ni compresión de distancias. Es por ello que se trata también de uno de los objetivos más difíciles para su uso con propósitos creativos, puesto que los efectos que se pueden obtener con un angular o un teleobjetivo desaparecen y la fotografía debe tener en sí misma el valor estético o documental pretendido.
La perspectiva y las relaciones espaciales entre los objetos, son naturales, sin artificios, y el fotógrafo en cierto sentido desaparece de las escena. El uso de lentes normales es un buen ejercicio para la visión fotográfica ya que nos obliga a elegir cuidadosamente la perspectiva y el encuadre si no queremos imágenes mediocres. A pesar del modo en que están limitados los recursos, eso no quiere decir que no se puedan crear composiciones potentes, sólo es más difícil. Un buen ejercicio es ponerle a la cámara un objetivo normal o bien un zoom bloqueado con un trozo de cinta adhesiva y salir a la calle a hacer una sesión con esa como única herramienta.
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Texto: wiggin. Fotografías: buenagana, Don Mammut, Fernandito