Por Gus Busselo
Dentro de los diferentes sistemas de limpieza de sensores en nuestras cámaras reflex que nos podemos encontrar en el mercado, os dejo una solución bastante sencilla y eficaz que no necesita de producto líquido alguno, como es el caso de los sistemas de limpieza con alcohol isopropílico o el eclipse-2.
El sistema de limpieza que vamos a tratar se basa principalmente en un bastoncillo con un extremo con un elemento de gelatina a la que se quedan pegadas las motas y que es lo que vamos a aplicar directamente en el cristal protector del propio sensor. Con ayuda de unas cintas con mayor adherencia que la gelatina del bastoncillo procederemos a retirar de éste las partículas que tanto nos afean las capturas. Hay quien pueda decir que como nunca cambia de objetivo, no tiene ese problema, pero con el tiempo comprueba que se encuentra también con la misma circunstancia, por lo que acaba necesitando de una limpieza; incluso las mismas compactas no se salvan de padecer este problema.
Habrá otros que por no trastear en el interior de la cámara prefieran eliminar estas molestas suciedades en el procesado de la imagen con herramientas como Lightroom o el Photoshop, por citar las más populares, pero llega un momento que es tal la cantidad de motas, que se hace bastante insufrible el clonado de estas, por el trabajo que conlleva y con mas razón cuando la suciedad afecta a los puntos de detalle importantes de la imagen, y es precisamente cuando valoramos una adecuada limpieza del sensor.
Lo primero sería hacerse una composición de lugar sobre el grado de suciedad del sensor para valorar si es momento de limpieza. Para ello haremos una foto al cielo, mejor en un día despejado en F22, enfoque manual y en infinito. Haz la foto y mírala al 100% en el ordenador.
Lo que nos hace falta:
– Una perilla de soplar
– Bastoncillo de gelatina EYELEAD
– Papel VCP-1 (las cintas viscosas)
– Lupa con luz EYELEAD 5x
La forma de proceder para la limpieza sería como la describo a continuación:
Suele ser preferible elegir un espacio con ambiente seco; en una vivienda el baño suele ser la zona mas seca. Ir al menú de la cámara y activar el modo limpieza (en algunas compactas de objetivos intercambiables este paso no es necesario). Esto es recomendable hacerlo con la batería totalmente cargada. En este momento tenemos el sensor al descubierto. Lo primero será aplicar la perilla de soplar y lo haremos con el sensor mirando hacia abajo. Con ello podremos retirar esas partículas sueltas sin mayor problema, pero aún nos quedan las que han quedado pegadas, con lo que procederemos a aplicar el bastoncillo de gelatina.
Con la cámara situada con el sensor mirando hacía arriba, procederemos a la limpieza; y podremos ver las posibles partículas de suciedad con mayor detalle gracias a la lupa con luz Eyelead, tal y como se aprecia en la imagen adjunta. También hay que tener en cuenta que la imagen queda invertida, es decir: la mota que nos encontramos en la imagen en la esquina superior derecha, en el sensor nos la encontraremos en el extremo opuesto.
La aplicación del bastoncillo es muy sencilla y no hay que realizar presión alguna sobre el sensor ya que la gelatina produce suficiente adherencia con un suave contacto sobre el cristal protector del sensor, con lo cual el riesgo de dañarlo es cero. He comentado lo del cristal protector porque en ningún momento tocamos el sensor. Por cada vez que se aplique el bastoncillo con gelatina en el sensor, a continuación habrá que usar las cintas Eyelead y con el simple contacto sobre ellas de la superficie de gelatina del bastoncillo se libera de la suciedad que ha recogido del sensor; y así las veces que haga falta.
Cuando acabemos con la limpieza desconectamos la cámara y comprobamos con una nueva captura si la limpieza la hemos realizado de forma satisfactoria. Personalmente no me obsesiono mucho si las manchitas que quedan son ligeras, pues con el diafragma más abierto muchas de ellas quedaran imperceptibles. Y esto es todo.
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