El gigante japonés ha presentado recientemente tres nuevas lentes de vocación muy distinta. Por un lado, el Canon EF 14 mm f/2.8 L II USM (enfocado al mercado profesional) y por otro, los nuevosEF-S 18-55mm f/3.5-5.6 IS y EF-S 55-250mm f/4-5.6 IS, dirigidos al usuario amateur.

El nuevo 14 mm, uno de los angulares más radicales de Canon, ha sido totalmente rediseñado y ahora cuenta con nuevas lentes asféricas y UD así como con novedosos recubrimientos multicapa (Super Spectra Coating) para evitar flareo y ghosting. Por supuesto, también presenta todas las características habituales en muchas lentes de la serie L: motor de enfoque USM, gran luminosidad, diafragma completamente circular y robusta construcción. Esperemos que la lente mejore los relativamente pobres resultados de su predecesor.

Canon 14 mm f/2.8 L Mark II.

Los otros dos objetivos representan el esfuerzo de la marca por acercar la estabilización de imagen a todos los usuarios, independientemente de su nivel. Ninguna de las dos lentes es especialmente luminosa, de modo que el estabilizador ayudará en gran medida a sus posibles compradores. Con todo, la inclusión del mismo aumenta sensiblemente el precio respecto a un EF-S convencional, lo que unido a su muy limitada utilización (sólo las cámaras de gama baja) los sitúa en una posición de mercado un tanto extraña. Para gustos se hicieron colores.

Canon EF-S 15-88 IS.Canon 55-250 EF-S IS.

 

Por Alberto Riera, [[C|-|E]].