Y lo hace con tres argumentos fundamentales:
– Inclusión del motor de enfoque SWM para mayor velocidad y operación silenciosa.
– Mejora del diseño óptico -que le pasaba una gran factura en los exigentes sensores actuales- con 4 nuevos vidrios de baja dispersión y uno de extrabaja dispersión.
– Renovación del sistema VR, que ahora anuncia 4 diafragmas de mejora.
También recibe el tratamiento antirreflejos internos de nanocristales característico de la gama alta de la marca. El objetivo siempre ha sido apreciado por su versatilidad y relativamente bajo tamaño y peso, aunque eso si a cambio de una apertura máxima relativamente modesta. Esto último no ha cambiado pero los nuevos cuerpos D4, D800 y D600 y la reciente D7100 permiten enfocar hasta f:8 lo que lo hace compatible con el teleconvertidor 1,4x.
Lo que no está claro es si los potenciales compradores apreciarán su precio de salida algo por encima de 2500 euros, aunque si rinde ópticamente a buen nivel su combinación con la D7100 y su nuevo modo de recorte (con el que llegaría a un 800mm equivalente, 1100 con el convertidor) hace un conjunto muy versátil y ligero para fotografía de fauna.