Podríamos verla como una hermana pequeña de la fantástica -y algo cara- X100, o como la hermana mayor de la gama de compactas de la marca. Sea como sea la cámara que ha presentado hoy Fujifilm con pocas sorpresas es un producto que sin duda no pasará desapercibido. Además del estilo retro que comparte con la X100 dispone de varias características diferenciadoras, algunas de ellas en nuestra particular ‘wish list‘
– Controles directos sin entrar en menús: dos ruedas de dial más una tercera de compensación de exposición, botón de bloqueo de exposición o dial de modos.
– Un versátil zoom de accionamiento mecánico equivalente a un 28-112 muy luminoso (f:2 a f:2.8), estabilizado y además con una posición de reposo muy contenida en tamaño.
– Un visor óptico que aunque no es la maravilla híbrida de la X100 sí lo echamos de menos en muchas compactas.
– Un sensor ligeramente mayor que el de las compactas premium, 58 mm2 por los 43 de un típico sensor 1/1.7″.
El sensor es del tipo EXR que ya exhiben otras compactas de Fuji con 12 megapíxeles a resolución completa o 6 en los modos de alto rango dinámico o reducción de ruido, que unen parejas de píxeles adyacentes para mejorar la respuesta.
El resto de especificaciones ahora mismo son simplemente las exigibles a este tipo de producto como la grabación de video HD 1080/30p, un robusto cuerpo de magnesio con zapata de flash, grabación en formato RAW, y todo ello dentro de un tamaño muy contenido y un peso de 350 gramos. El precio anunciado es de 600 dólares, que habrá que ver como siempre en qué queda en euros.
Si la respuesta del sensor es la que esperamos en un fabricante que siempre ha destacado por ello y el visor óptico es digno -luminoso, con corrección de paralaje y cobertura cercana al 100%-, el resultado será más que interesante.
Por Félix Sánchez-Tembleque | Más información en la web del fabricante