Por Germán Castillejo
Os presentamos una nueva galería dedicada a la fotografía Macro. Se trata en esta ocasión de una serie del fotógrafo Carlos Barriuso -«Leiser» en nuestros foros-, cuyo denominador común son las imágenes «múltiples», es decir fotografías en las que aparen encuentros y diálogos entre insectos de la misma o diferentes especies, cuya extrema dificultad en las condiciones de la toma, no son para Carlos impedimento a la hora de obtener imágenes de gran belleza. La elección de los posaderos, el cuidado de la luz, el tratamiento de los fondos, la gran nitidez y foco de los protagonistas, el cuidado de las composiciones y procesados, revelan la sensibilidad de Carlos y su gran pasión por la fotografía de ese mundo desapercibido que el Macro nos trae.
Hemos seleccionado esta serie por su carácter insólito, pero su trabajo va mucho más allá y por ello os invitamos también a conocer su Web dónde encontraréis un trabajo profuso en las temáticas generales de macro, naturaleza y especialmente mariposas, empusas y odonatos
Mi afición a la fotografía y en especial a la macrofotografía se remonta al año 2004. Por esas fechas, entró en casa una canon 300D y un 100 mm macro que, en principio, eran para mi mujer que era a quien le gustaba la fotografía, a mí la verdad es que no me llamaba mucho ya que aparte de sacar alguna foto en algún acontecimiento familiar con una compacta de carrete poco más había hecho.
A raíz de ello me fue entrando el gusanillo, ya que eso de poder ver las fotos sacadas en el ordenador e intentar mejorarlas engancha mucho. Al principio cuando empecé con la macrofotografía y sin tener claro ningún concepto ni de luz, ni de velocidades ni de aperturas, la cosa fue un desastre, si quería que salieran iluminadas me salían trepidadas y si las quería nítidas me salían oscuras o con un flashazo que afeaba mucho la foto.
Entonces me registré en un par de foros y a base de leer los comentarios que hacían los entendidos tanto a mis fotos como a las de los demás fui asumiendo conceptos fotográficos, tanto técnicos como artísticos (estos últimos algo limitados pero ahí estamos…). Se puede decir que lo poco que sé lo he aprendido navegando por los foros y practicando ya que nunca he estado ni en cursos de fotografía ni nada similar.
El que me haya inclinado por la macrofotografia es debido a que soy una persona de campo, nací y me crie en un pequeño pueblo del norte de Palencia, al cual hoy en día no pierdo la oportunidad de ir siempre que puedo. Soy una persona a la cual la gusta madrugar por lo cual muchos días antes de que salga el sol ya estoy por el campo, a esa hora en el pueblo del que hablo hay días en los cuales la temperatura en pleno verano puede rondar los seis grados ya que está situado a 1200 metros de altitud. Con esas temperaturas los insectos están bastante inactivos por lo cual el sacar este tipo de fotografía es más factible que cuando están en plena actividad.
El inconveniente que tiene el sacar macrofotografía a estas altitudes es que la temperatura ayuda mucho pero lo que ganamos en ese sentido lo perdemos en el tema del aire, en esa zona el cierzo, como lo llaman por allí, pega que es un primor y son contadas las zonas donde podemos intentar hacer algo, el pillar un día sereno donde el aire no moleste es casi es un milagro.