La quinta versión en la línea GF de las micro cuatro tercios de Panasonic (si, quinta, no existe la GF4 al igual que no existen las G4 ni LX4) ha llegado con una serie de novedades interesantes. Algunas poco fotográficas pero ya casi imprescindibles como la conexión wifi, mejorada esta vez con el protocolo NFC que simplifica en gran manera la manera de vincular la cámara a un móvil o una tableta.

Aparte de eso, y de una pantalla táctil capacitiva en lugar de resistiva, quizás la novedad fotográfica más interesante es la renovación del veterano sensor de 12 megapíxeles por el de 16 que montan otras cámaras de gama superior. Más allá del dato puro y duro del incremento en píxeles, se trata de una generación más moderna con un rango dinámico y respuesta en ruido mejores que acercan algo más a estas cámaras a sensores de mayor tamaño.

También recupera el dial de modos haciendo de ellas una cámara algo menos ‘point and shoot’ de lo que quizás se espera de la gama de entrada. Además y en previsión del uso del objetivo motorizado PZ 14-42 que se ofrece en kit, cuenta con una leva en el disparador para operar el zoom, algo que ya vimos en la Sony NEX-3N.

Es precisamente ese objetivo el que junto con el tamaño y peso de esta cámara hacen un conjunto realmente atractivo (más aún con el nuevo sensor). Sólo falta que nos comuniquen el precio de salida del juguete.