Acabamos de verlo en la Olympus EM-5 II y antes en equipos más especializados como la Hasselblad H3DII. La idea de desplazar el sensor para mejorar la resolución de la cámara no es nueva pero sí lo es que llegue a las gamas medias. Tiene naturalmente sus limitaciones: escenas estáticas y disparo con trípode. Pero en estos casos y aprovechando los mecanismos que desplazan el sensor para estabilizar la toma de imágenes, solo era una cuestión software aprovechar este truco para mejorar la resolución.
En el caso de la Olympus el desplazamiento es de 0.5 píxeles y se combinan 8 imágenes, con una ganancia en resolución teórica de 4 veces. En este caso el desplazamiento es de un píxel y las imágenes combinadas 4, resultando una imagen similar a la tomada por los sensores Foveon y una ganancia en resolución de 2 veces.
También, y siempre en teoría, mejora el moiré de color y puede simular un filtro AA haciendo vibrar el sensor. Como bonus extra tiene un modo llamado astrotracer que desplaza el sensor para seguir la trayectoria de estrellas -hasta 5 minutos- en fotografía astronómica. Ya existía en otros modelos, pero dependía de un accesorio externo.
Al margen de esta novedad, la cámara sigue siendo referente para viajar por ligereza y calidad de construcción, mejorando el estabilizador basado en el desplazamiento del sensor -que también puede autonivelar las fotos- y el autofoco. Incorpora también GPS y se puede comprar en kit con lentes también resistentes a la lluvia y el polvo por algo más de 1000 euros.
Por Félix Sánchez-Tembleque (Dr.Wiggin)