Rápido, rápido.
El cambio de arquitectura de la familia Macintosh, supuso un revulsivo en la comunidad maquera, a los más radicales les supuso un gran shock, pero los más pragmáticos decidieron esperar a ver las nuevas máquinas en acción. Al fin y al cabo lo que hace a un Mac único no es su hardware, sino su software.
Sobre el papel el nuevo procesador Core Duo de 2 Ghz supone un gran avance sobre lo ya conocido. El Powerbook más potente montaba un Motorola G4 a 1,67 Ghz., con una velocidad de bus de 166 Mhz, una cache de nivel 1 de 32+32 Kb y de nivel 2 de 512 Kb, con una velocidad de la RAM de 333 Mhz. El MacBook Pro monta un Intel Core Duo (procesador de doble núcleo) de 2 Ghz, con un bus de 667 Mhz, una caché de nivel 2 con 2 Mb. y una velocidad de la RAM equiparada a la del bus a 667 Mhz.
El cambio es radical, y ello puede que sea una de los motivos del cambio a Intel, con las ventas de portátiles aumentando a un buen ritmo y la imposibilidad de que IBM produjese un G5 con las características necesarias para ejecutarse en un portátil, Apple necesitaba ser competitiva en ese nicho de mercado.
El MacBook Pro es más rápido que sus predecesores, el sistema se nota mucho más ágil y las aplicaciones que necesitan potencia de cálculo se ven beneficiadas.
Pero el cambio no es drástico ya que para sacar partido de los nuevos procesadores, las aplicaciones deben estar optimizadas para la arquitectura Intel y además estar diseñadas para sacar el mayor partido a los dos núcleos que monta el procesador.
También hay que tener en cuenta la propia idiosincrasia del procesador, en los antiguos portátiles se podía configurar el rendimiento de la máquina de forma que le indicábamos al sistema que usase el procesador a su máxima velocidad a costa de un menor rendimiento de la batería. Esa opción no es posible con Intel, el procesador decide en todo momento su velocidad de ejecución en función de la carga del sistema y la temperatura, pudiendo bajar a 1 Ghz. si lo considera necesario.
En nuestras pruebas de procesado de raws, llegamos a ver bajar el procesador a 1,33 Ghz, algo que sin duda influye en el rendimiento de aplicaciones que requieren un funcionamiento continuo al 100% como el procesado masivo de raws, edición de vídeo o render 3D. También hemos observado como el rendimiento es mejor si está conectado a la corriente en vez de usando las baterías, aunque usemos la opción de máximo rendimiento en el Economizador.
La máquina tiene un bug que ocurre cuando lo usamos conectado a la corriente sin la batería, en ese momento el procesador se pone en un modo de funcionamiento de emergencia, funcionando a 1 Ghz. Según Intel es un modo de protección contra fallos y no deberíamos mantener el procesador en esa situación por mucho tiempo. Ello hace que aquellos que tengan por costumbre usar el portátil sin batería cuando se planea usarlo por un periodo de tiempo largo, deban cambiar sus costumbres.
La clave de este funcionamiento es la temperatura, el MacBook Pro es un ordenador que se calienta bastante cuando funciona al 100%, no llega a quemar, pero resulta incómodo de mantener sobre las piernas cuando lo usamos al máximo, por otra parte es una cosa de esperar en un portátil que incluye 2 procesadores de 2 Ghz.
En un uso típico de ofimática, correo y navegación web, no se aprecia un calentamiento, funcionando el procesador a unos 44ºC, pero cuando se trata de exprimir el Core Duo, la temperatura del mismo llega a subir bastante. En nuestras pruebas procesando al 100% llegamos a medir 82ºC en el procesador. Las zonas que más se calientan son la parte inferior del portátil, la esquina superior izquierda y la zona que se sitúa entre el teclado y la pantalla, ya que debajo de ella se encuentra un disipador de calor.