Características principales de ambas máquinas.
Modos de disparo. No vamos a entrar a discutir este aspecto en profundidad ya que las dos contendientes presentan los modos que también existen en la inmensa mayoría de réflex digitales del mercado y, además, prácticamente no hay diferencia entre ellas. En ambas se puede elegir disparar con prioridad a la apertura, a la velocidad de obturación, en modo manual, en modo totalmente automático y en automático programado de programa flexible (en el que se pueden elegir diversas combinaciones de apertura y velocidad). Además, en la 400D se puede seleccionar un modo que permite a la cámara seleccionar automáticamente la apertura que ella considere más apropiada para nuestra imagen. Por otra parte, en ambas máquinas existen también ciertos modos orientados al usuario totalmente amateur. Nos referimos a los típicos de toda la vida, como «retrato», «retrato nocturno», «deportes», «foto nocturna», «macro»… las dos cámaras son muy parecidas en este apartado y no merece la pena deternese en él, ya que ninguna presenta aportaciones que sean especialmente novedosas.
Cálculo de la exposición. La D80 presenta tres modos de medición. * En primer lugar, cuenta con la ya conocida 3D Color matrix metering II o Medición Matricial, que utiliza un CCD de 420 píxeles para calcular la exposición más adecuada, analizando todo el fotograma. Este modo sólo está disponible utilizando lentes de tipo G o D y es el recomendado para el día a día. * Medición ponderada al centro: la cámara realiza la medición de la luz en todo el fotograma, pero da más importancia al valor leído en el centro del mismo (que puede obtenerse a partir de la lectura de un círculo de 6, 8 ó 10 mm, siendo la medida seleccionable a nuestro gusto). * Medición puntual: como su propio nombre indica, la máquina calcula la exposición en base a un pequeño círculo de tan sólo 3,5 mm de diámetro (2% del fotograma). La posición del círculo puede ser libremente seleccionada entre todos los puntos de enfoque que presenta la Nikon. En cuanto a la 400D, los modos son los siguientes: * Medición evaluativa de 35 zonas: es la equivalente a la matricial de la Nikon. El fotograma se divide en 35 zonas independientes, se analiza la luz que incide en todas ellas y posteriormente se calcula una exposición ideal. Es el modo que se recomienda para la mayor parte de situaciones. * Medición poderada al centro: es muy similar a la de la Nikon, se mide la luz en todo el fotograma pero se considera más importante el valor leído en el centro del mismo y se ajusta la exposición para él. * Medición central: la cámara realiza la medición basándose en el valor leído en un círculo que ocupa el 9% de la región central del fotograma, sin considerar las lecturas del resto de la imagen. Está bastante claro que la Nikon presenta más opciones de medición que la 400D. El principal defecto de esta última es que carece de medición puntual, que su competidora sí tiene. Además de eso, no se puede comparar la precisión de la medición matricial de Nikon con la de la medición evaluativa de Canon, que es, a todas luces, mucho peor. La D80 (igual que la D200) prácticamente es capaz de clavar todas las fotografías, por complejas que resulten, mientras que la 400D se comporta igual que la 30D y el resto de la tropa Canon: subexpone inexplicablemente muchas imágenes, algo que resulta bastante irritante para todos los que somos usuarios de la marca, ya que es fácil perder momentos irrepetibles por culpa de la incapacidad que presentan nuestras máquinas a la hora de resolver muchas fotografías. Tampoco nos extenderemos demasiado sobre esta tara (muy grave) de las Canon, ya que la 400D no es diferente a ninguna otra. Si alguien tiene interés en analizar el fenómeno con un poco más de detalle puede echar un vistazo a este apartado de nuestra prueba de la 30D, ya que la 400D se comporta exactamente igual que ella.
Enfoque automático. Las dos cámaras son parecidas en este aspecto. Cuentan, de hecho, con los mismos modos y distintos nombres. Ambas poseen un autofoco de un sólo disparo (cuando se pulsa el disparador hasta la mitad se enfoca, y cuando se termina de pulsar se toma la fotografía) que en la Nikon se denomina AF-S (Single-servo AF) y en la Canon One Shot. Además, también se puede seleccionar un modo de enfoque continuo para «seguir» objetos en movimiento, que se activa al pulsar el disparador hasta la mitad y se denomina AF-C (Continuous-servo AF) y AI Servo, en Nikon y Canon respectivamente. Finalmente, existe un modo híbrido entre los dos anteriores que recibe el nombre de AF-A (Auto select) en Nikon y AI Focus en Canon. En este último modo, cuando pulsamos el disparador hasta la mitad la cámara enfoca y el punto de enfoque se bloquea ahí, pero si el objeto que hemos decidido fotografiar (y que ya está enfocado) comienza a moverse la máquina es capaz de detectarlo y cambiar al modo de enfoque continuo, para mantenerlo constantemente a foco. Debemos recordar, nuevamente, que Nikon ha equipado a la D80 con 11 puntos de enfoque libremente seleccionables frente a los 9 de la 400D y que, además, la cámara presenta ciertas características particulares, como el «Enfoque de área ancha», en la zona central del fotograma. Esto es posible gracias a la presencia del sistema Multi-CAM 1000, ya presente en la D200.
Canon, por su parte, ha optado por incorporar el sistema de enfoque de 9 puntos presente en la 30D a la pequeña de la familia y ha sido todo un acierto. Con la 400D podemos, simplemente, seleccionar libremente el punto de enfoque deseado o dejar que la máquina lo haga automáticamente y, por supuesto, combinar este parámetro con cualquier modo de enfoque de los que anteriormente describimos (AI Servo, AI focus… etc.).
Hemos realizado numerosas pruebas con las dos máquinas, «persiguiendo» gran número de coches y objetos en movimiento. Para ello utilizamos objetivos diversos de alta gama (Nikon AF-S VR 70-200mm. f2.8 G ED; CANON EF 70-200mm.f2.8L IS USM) y tras realizar las fotos podemos decir que ambas cámaras trabajan bien, pero la combinación 400D + CANON EF 70-200mm.f2.8L IS USM resultó imbatible. La Nikon no presenta problemas de enfoque pero, a la hora de seguir a objetos muy rápidos, Canon con sus motores USM trabaja, en nuestra opinión, mejor que su competidora.
Balance de blancos. En este aspecto, nuevamente las competidoras son bastante parecidas. Ambas disponen de un balance de blancos automático y los conocidos balances predefinidos para diversas situaciones. Señalar que la Nikon D80 utiliza el mismo sensor de 420 píxeles que emplea para calcular la exposición en la estimación automática del balance de blancos. En cuanto a los balances predefinidos, son más o menos los de siempre en los dos aparatos: tungsteno, luz de fuentes fluorescentes, luz del sol, luz de día nublado, luz de lugar umbrío, y luz de flash. Como era de esperar, es posible crear en los dos aparatos un balance de blancos personalizado en base a fotografiar un objeto determinado del color adecuado en el lugar donde vayamos a trabajar. Además, en las dos máquinas se puede hacer un bracketing de balance de blancos y un ajuste fino del mismo. En cualquier caso, si disparamos en RAW el balance de blancos no tiene mayor importancia, de modo que el Caborian por excelencia no debería preocuparse demasiado de la configuración del mismo en las propias cámaras. En su lugar, sí sería recomendable llevar una buena tarjeta de grises con nosotros cuando trabajemos. En cuanto al comportamiento del balance de blancos automático decir que no es demasiado espectacular en ningún caso. No es que lo calculen terriblemente mal, pero siguen surgiendo los mismos fallos una y otra vez en cuanto a la presencia de dominantes con luces de incandescencia y con otras fuentes de iluminación. La mezcla de luces tampoco pueden resolverla correctamente, aunque esto es más normal.
Flash incorporado y modos de flash. Los pequeños flashes pop-up incorporados en las máquinas ya fueron descritos anteriormente, así que no vamos a extendernos más en ellos. En cuanto a los modos de flash, ambos aparatos vuelven a resultar sumamente parecidos ya que disponen de los clásicos modos de reducción de ojos rojos, flash de relleno, sincronización a la primera o a la segunda cortinilla, modo automático… nada es especialmente destacable en una máquina sobre la otra. Como detalle, mencionar que la D80 vuelve a usar el mismo sensor de 420 para los modos TTL del flash, mientras que la Canon se basa en su propio sistema E-TTL II.
Aspectos exclusivos de cada máquina. Aunque ya vimos que, en lo que a funcionalidad se refiere, tanto la Canon 400D como la Nikon D80 tienen mucho en común tambien hay ciertas características exclusivas de cada modelo, que intentaremos repasar muy someramente. Por ejemplo, la Nikon D80 permite «retocar» nuestras fotografías sin ni siquiera descargarlas al ordenador. Esta función de «retoque» en la propia cámara resulta muy curiosa y está orientada, como era de esperar, a la impresión directa de las fotos. Las opciones de retoque no son demasiadas pero sí que pueden resultar suficientes de cara a muchos usuarios. Entre ellas tenemos filtros para pasar nuestras fotos a blanco y negro, aplicarles un tono sepia, un discreto balance de color… aunque, sin duda, lo que más destaca es la inclusión de una herramienta de luces y sombras, que, divertidamente está siendo acogida con cierta indiferencia por los usuarios de Nikon y sin embargo se parece de forma más que notable al sistema de extensión de rango dinámico que Sony anunció a bombo y platillo cuando sacó la Alpha 100. Además de esto, la Nikon también ofrece diversos parámetros para la configuración de las fotografías grabadas en JPG, como el grado de enfoque, el tono, la saturación… pero son los ajustes normales presentes en muchas réflex digitales y que en Caborian, como es tradicional, no analizamos, porque la inmesa mayoría de nuestros lectores dispara en formato RAW. Finalmente, aún hay otro aspecto digno de mencionar, y es la masiva presencia de funciones personalizadas en la D80, nada menos que 32 frente a las 11 de la Canon.
Esto significa que podemos adaptar el comportamiento de la Nikon a nuestras gustos personales casi con total libertad, algo que con la 400D no es del todo posible. Canon, por su parte, decidió incorporar a la 400D un sistema para mantener el sensor de la máquina libre de polvo. Es un mecanismo de mantenimiento tanto activo como pasivo. La parte activa actúa cada vez que apagamos la cámara, pero, como era de esperar, también podemos activar el sistema manualmente a voluntad o bien optar por realizar la típica limpieza en base a pinceles o bastoncillos si es que lo necesitamos. ¿Cómo funciona este sistema?. El grueso del proceso de limpieza recae sobre un componente piezo eléctrico que se encuentra en contacto con el filtro de paso bajo que hay sobre el sensor y es capaz de producir vibraciones, muy rápidas e intensas, que sacuden las motas de polvo que pudieran haberse acumulado sobre él. Para mayor seguridad también se han incorporado capas antiestáticas sobre los elementos que cubren el CMOS y, además, Canon ofrece la posiblidad de mapear por software las motas de polvo más resistentes, a fin de que el DPP las elimine de forma automática. Analizaremos posteriormente en detalle la eficacia de este sistema, aunque, a priori, su inclusión parece más notoria que añadir algunas cosillas al firmware de la máquina para aplicar filtros sencillos a las fotos.