Los objetivos del kit 2
Además de esto, los Zuiko ofrecen un excelente rendimiento en lo que al color se refiere. Las siguiente fotografías se realizaron con el ZUIKO Digital EZ 14 – 45 mm a ISO 100, f8.0 y 14mm. Posteriormente, se procesaron los RAW con el ACR sin aplicarles ningún tipo de ajuste, preservándolos tal cual salen de la cámara. Las tonalidades son rotundas y realmente agradables: las imágenes que graba la E-500 están prácticamente terminadas, algo que agradecerá en gran medida cierto tipo de usuario final.
14mm f8.0
14mm f8.0
Esta otra toma se tiró con el ZUIKO Digital EZ 40 – 150 mm a f8.0 y 40mm y también se procesó con el ACR deshabilitando todas las opciones del programa. Nuevamente se aprecia que la foto está muy cercana a lo que debería ser su aspecto final si la hubiéramos procesado convenientemente.
40mm f8.0
Aquí podemos comprobar como el ZUIKO Digital EZ 40 – 150 mm (ISO 100, f8.0, 150mm) en combinación con la E-500 brinda unos tonos de piel muy agradables y naturales aún sin trabajar la fotografía de forma correcta:
150mm f8.0
Por otra parte, a lo largo de nuestras pruebas hemos comprobado que la nueva medicion ESP de la E-500 se muestra francamente eficaz, siendo la máquina capaz de resolver la mayor parte de situaciones por sí sóla. La E-300 presentaba (con el firmware de la unidad de pruebas, posteriormente se corrigió) ciertos problemas de medición que ya sólo son un recuerdo en la nueva E-500.
Conclusiones
Olympus ha hecho un buen trabajo con la nueva cámara y ofrece, a un precio más que atractivo, una réflex digital acompañada de dos buenas lentes que cubren prácticamente todo el rango de longitudes focales que un aficionado puede necesitar. La cámara presenta características realmente interesantes, como el sistema de limpieza del CDD, y además, en ciertos aspectos ofrece tanto como una máquina verdaderamente profesional. Así, equipa una excelente pantalla de alta resolución, permite hacer enormes arcos de compensación de la exposición, posee un gran número de pasos ISO para cubrir todas nuestras necesidades, muestra una completísima información de las fotos realizadas (que incluye el histograma por canales), posee modos de medición puntual para las luces altas y las sombras además de un eficaz sistema de cálculo de la exposición basado en 49 zonas, posibilita la utilización de tarjetas xD… todo un cúmulo de virtudes que ponen de manifiesto el interés de la gente de Olympus por sus productos. Sin embargo, y por desgracia, la E-500 no está exenta de defectos, algunos de ellos graves. En primer lugar, el nivel de ruido de la máquina es, a día de hoy, elevado. Esto en sí no es un problema especial para alguien que dispare siempre a ISO100 ó 200 (yo mismo) pero limita mucho su utilización en otros ámbitos, como la fotografía de conciertos, por ejemplo. En segundo lugar, el visor de la E-500 es verdaderamente pequeño y oscuro a pesar del pentaespejo y la desaparición del sistema Porro. Cuesta horrores saber si has enfocado o no mirando a través de él, lo que convierte las operaciones de ajuste manual en un suplicio (de ahí que incluso exista la posibilidad de hacer un bracketing de foco). En tercer lugar, sólo posee tres áreas de enfoque, algo de tampoco parece de recibo, y más teniendo en cuenta lo que acabamos de comentar. Olympus ha mejorado su producto en muchos aspectos pero sin embargo ha mantenido los defectos realmente importantes de la generación anterior. Por lo demás… la calidad tonal de las fotografías es evidente, y el atractivo precio de la máquina también. Realmente, cuando uno habla de una cámara así tiene un problema a la hora de juzgarla, porque no sabe si hacerlo de forma absoluta o teniendo en cuenta la relación calidad/dinero invertido. Si nos atenemos este último aspecto es fácil pasar por alto los puntos negros que presenta la máquina, teniendo en cuenta que no llega a 900€ junto con las dos lentes que la acompañan. Tampoco vamos a pedir peras al olmo.