A lo largo de nuestra prueba, para comprobar la estabilidad integral de la 1510, hemos realizado test de resistencia química, mecánica, térmica, de inmersión y de flotabilidad. En todos los casos hemos rebasado con mucho las especificaciones del fabricante, ya que conocíamos de antemano los rigurosos controles a los que se someten este tipo de productos.
Comenzamos realizando los tests de resistencia química, y para ello optamos por utilizar 3 tipos diferentes de ácido y también uno de los disolventes más fuertes que existen, el cloroformo, con terrible avidez por la gran mayoría de polímeros plásticos. En concreto, empleamos:
* Ácido sulfúrico al 98%.
* Ácido clorhídrico al 50%.
* Ácido nítrico al 53%.
* Cloroformo al 100%.
Pipeteamos cuatrocientos microlitros de cada ácido directamente sobre la superficie de la maleta, dividiéndolos en dos vertidos de doscientos microlitros cada uno. En cuanto al cloroformo, y dada la rápida evaporación del mismo, nos dedicamos a pipetear constantemente el compuesto sobre la maleta durante los 30 minutos que duró la prueba.
Dejamos actuar todos los compuestos durante media hora y luego procedimos a recoger de nuevo con la pipeta las muestras de ácido, para secar posteriormente la maleta con papel absorvente. En cuanto al cloroformo, permitimos que se evaporara por sí mismo. Los resultados fueron excelentes. No nos sorprendió que el ácido fuera incapaz de penetrar en el polímero plástico (por su propia naturaleza no es sensible a este tipo de compuestos), pero sí la poca capacidad disolvente que manifestó el cloroformo. La zona de la maleta que permaneció en contacto con él durante la prueba se mostraba sutilmente pegajosa al tacto antes de que la evaporación fuera completa pero nada más, ni estaba blanda ni se alteró para nada la resistencia del recipiente en ese punto. Evidentenemente, no rociamos con ácido las partes metálicas de la maleta, ya que las habríamos corroido totalmente, sobre todo con las sustancias concentradas empleadas en nuestro experimento. Es de suponer que, en el peor de los casos, la maleta se vea salpicada con alguno de estos productos o esté expuesta a ellos unos minutos, pero no que caiga a una depósito que los contenga.
Para realizar los análisis de resistencia física y térmica nos desplazamos a una playa solitaria. Como material a situar en el interior de la maleta elegimos tres cámaras compactas digitales (dos Olympus y una Canon Ixus) además de un par de teléfonos móviles (Alcatel y Siemens). Todo el material funcionaba correctamente en el momento de situarlo en el interior de la 1510.
El primer paso fue configurar correctamente los compartimentos de espuma, a fin de ordenar correctamente nuestro material en el interior, sin holguras de ningún tipo:
Finalmente, la distribución elegida fue la que se muestra más abajo. Una vez cerrada nuestra maleta las máquinas no pueden salir de su compartimento gracias a las espuma estriada superior, adosada a la tapa, que lo impide. Como se ve, la 1510 Travel Case es respetablemente grande, y en ella cabe sin problemas una cámara tipo EOS 1D/D2X, un tele tipo 70-200, un zoom angular, un 100 macro, dos ó tres objetivos más pequeños, cargador, baterías, flash, y complementos varios. Se pueden comprimir más las cosas, pero interesa que entre ellas quede un buen espacio de espuma libre, a fin de que la amortiguación en caso de impacto sea la máxima posible.
Con nuestro sistema así preparado procedimos a comenzar las pruebas. La primera de ellas no comprendió choques violentos, ya que nos limitamos a apoyar nuestro vehículo (un Citroen C5 de 1.561kg.) sobre la 1510. Decidimos hacerlo directamente sobre el chasis del mismo, ya que es una superficie mucho más rídiga que la rueda. Dispusimos la 1510 de forma que la superficie en contacto con el coche fuera relativamente pequeña, para concentrar en ella el mayor peso posible. A fin de hacer más duro el ensayo situamos el coche cuesta abajo y pusimos la maleta cercana al motor del mismo.
Tras bajar el gato el C5 quedó apoyado sobre la unidad de pruebas y su rueda delantera en el aire:
La maleta experimentó una ligera torsión, ya que está fabricada con un material levemente elástico, aunque no se deformó más de 1 ó 2 cm. Tras retirar el coche, no mostraba ni un sólo rasguño en su superficie:
Para someter la 1510 a colisiones fuertes aseguramos el cierre con un par de mosquetones de alpinismo, uno en cada orificio para candados, ya que no disponíamos de los accesorios oficiales del contenedor. A efectos prácticos, los mosquetones son más incómodos para abrir y cerrar la maleta pero una vez correctamente instalados ofrecen una alta seguridad frente a las aperturas indeseadas que pueden provocar los golpes.