Como se puede apreciar muy claramente en las siguiente fotografías, la Peli está a escasos centímetros de impactar de lleno contra la piedra y llevar un brutal golpe en su parte inferior:
Tras el choque, la maleta quedó tendida boca abajo:
Repetimos unas 8 veces este ensayo, recibiendo la 1510 un sin número de impactos de gran violencia y permaneciendo durante todo el tiempo en contacto con el agua. Al final, decidimos levantarla sobre los hombros y azotarla directamente contra las piedras que se encontraban bajo nuestros pies. Los resultados fueron sobresalientes. Tras mucho insistir logramos, a duras penas, quebrar el pequeño asa superior de la misma y provocar una leve fisura en la tapa, cerca del cierre derecho, que luego se pondría de manifiesto. También se quebró uno de los mosquetones (completamente metálico). A parte de esto, la integridad de la maleta no se comprometió de forma visible.
Acto seguido llevamos la 1510 a una zona ventosa para comenzar la prueba de resistencia térmica asegurando un conveniente aporte de oxígeno. Extendimos una manta de pintor, realizada en plástico altamente inflamable, y situamos la maleta sobre ella.
Posteriormente la rociamos con cuatro litros de alcohol de quemar y la envolvimos en la manta, a fin de que el alcohol no se derramara por la arena. Al final, la maleta quedó envuelta en una bolsa estanca constituida por la tela y que a su vez se encontraba rebosante de material combustible.
Tras esto, pegamos fuego al conjunto con un mechero de gas, produciéndose inmediatamente un proceso de combustión muy violento:
Dejamos que la maleta ardiera durante 4 minutos y medio. En primer lugar, la combustion se debió al consumo del combustible que la impregnaba, pero al cabo de un tiempo, el propio polipropileno comenzó a quemarse, mientras se derretía muy lentamente:
Finalmente, decidimos apagarla con la propia gravilla de la playa: