Esas brutales especificaciones son las que exhiben las videocámaras que os presentamos hoy. Su particular carácter y diseño las convierten en máquinas excepcionales capaces tanto de grabar una secuencia de vídeo de altísima definición como de tomar excelentes fotografías. En el corazón de las RED se aloja el sensor que hace posible tales bondades: un CMOS denominado Mysterium™ que fue creado con el objeto de terminar, de una vez por todas, con el clásico 35 mm que aún se emplea en muchas producciones.
La oferta del fabricante que las comercializa se complementa con todo un abanico de excelentes objetivos (angulares y teles que cubren prácticamente todo el rango focal) y diversas soluciones de almacenamiento para poder hacer frente al ingente volumen de datos que generan las cámaras.
Un producto irresistible para productores profesionales o amateurs rebosantes de dinero, aires de grandeza y tiempo libre. No os perdais los ejemplos que se encuentran en la página disponibles para su descarga, merecen la pena.
Por Alberto Riera, [[C|-|E]] y Wiggin, que comunicó la web original.