Sony ha presentado esta semana dos nuevas cámaras aunque ninguna de ellas presenta grandes novedades, al menos ninguna que suponga un ‘cambio en el juego’.

Dentro de la gama SLT de espejo translúcido presentan la SLT-A58, que sustituye a dos modelos a la vez: la A37 y la A57. Ambos modelos contaban con el aclamado sensor de 16 megapíxeles de Sony y la nueva A-58 incorpora uno nuevo a medio camino entre ese y el de 24 megapíxeles que montan otros modelos SLT y NEX, con un valor más contenido y desde mi punto de vista más razonable de 20 megapíxeles. También gana resolución el visor electrónico, que pasa a 1,4 millones de puntos y cambia la tecnología LCD por OLED.

Junto con ella se presenta la enésima evolución de la gama de entrada de NEX, el modelo 3N que además del anuncio de la marca de que es la cámara CSC con sensor APS-C más pequeña y ligera del mercado, lo único relevante que parece tener es una leva en el disparador del cuerpo para mover el zoom en los objetivos con motor para ello como el 16-50. La cámara cuenta con flash y con una pantalla que puede bascular 180º para hacer autorretratos, algo sin duda imprescindible para todo fotógrafo que se precie. Sin embargo y a diferencia de sus hermanas mayores no dispone de conexión wifi, aunque esto siempre se puede añadir con una tarjeta Eye-Fi.

Los precios anunciados por Sony son de 500 euros para la NEX-3N y de 550 para la A58.

Junto con ellas Sony ha anunciado nuevas versiones de sus objetivos 70-400 SSM y el 18-55 básico para vender en kit con los modelos de gama de entrada, y el largamente esperado Zeiss 50 mm f:1.4.

También un pequeño flash y un mando remoto para operación con cable de los modelos que cuentan con la nueza zapata como la NEX-6 o las últimas SLT, capaz de operar el zoom, disparar (con bloqueo para larga exposición) y activar el video, algo que yo echaba de menos en la NEX-6.