“Tu fotografía con flashes no volverá a ser la misma”, así comienza la entrada de bienvenida del blog Strobist en español (traducido por Rafa Barbera), o lo que es lo mismo, la traducción del original en inglés cuyo autor es David Hobby.
Debido a la salida oficial del Lighting 101, desde Caborian hemos pensado en hacer un pequeño resumen del mismo, que no es otra cosa que la primera colección de artículos que van desde el equipo básico a utilizar, hasta crear tus propios esquemas de luz. Hace poco salía el primer pdf oficial recopilando todos estos artículos (descargar aquí), pero para alguien que no sepa de que va esto del mundo strobist, puede asustarse…
El equipo
Lo cierto es que con un presupuesto más bien ajustado, es posible hacer buenos trabajos de iluminación, unos mínimos conocimientos, imaginación y sobre todo práctica, harán que nuestras fotos ganen en calidad.
El principal concepto que defiende Strobist es que el flash debe separarse de nuestra cámara. ¿Qué conseguiremos con esto? Dirigir la luz, colocarla donde queramos, dar volumen, crear sombras. El flash en cámara está bien para ciertas situaciones, y nos salvará más de una vez, pero si queremos obtener resultados más artísticos, tenemos que dar un paso más.
Otra de las premisas a seguir es la utilización de los flashes en modo manual. Suena raro en los tiempos que corren, con los sistemas TTL tan avanzados que hay, y en principio asusta un poco, pero nada más lejos de la realidad. Una de las grandes ventajas del digital es el poder hacer pruebas, unos pocos disparos para medir luces y a partir de ahí, olvídate de la luz y preocúpate de encuadrar, dirigir a tu modelo, etc.
Una vez que ya conocemos estos dos “detalles”, toca afrontar el gasto para tu nuevo equipo de iluminación. Evidentemente, todo dependerá del dinero que quiera o pueda gastarse cada uno, pero existen flashes que se puedan utilizar en modo manual sin ser necesariamente los últimos modelos de las primeras marcas. Una cosa muy importante, es que sea cual sea el flash elegido, se pueda modificar su potencia manualmente, y cuanto mayor sea el rango de potencias a utilizar, mejor.
Otro detalle a tener en cuenta es que tengan la posibilidad de conectarles un cable de tipo pc-sync, aunque esto no es estrictamente necesario, ya que puede realizarse mediante una zapata.
Ya tenemos nuestras fuentes de luz, ahora hay que dispararlas todas a la vez y fuera de cámara, pero que nadie se asuste. Tanto Canon como Nikon (por ejemplo) tienen un sistema dedicado para sus flashes, donde un flash hace de maestro (colocado en la cámara) y el resto de esclavos. Aunque esto nos limita un poco en cuanto a movilidad se refiere, ya que los flashes tienen que “verse” para activarse (por ejemplo el sistema infrarrojos de Canon).
La otra posibilidad, emisores-receptores por radio frecuencia. Aquí tenemos desde los modelos baratos que se pueden conseguir en ebay por unos treinta o cuarenta euros (emisor y dos receptores), hasta los aproximadamente seiscientos euros de los Pocket Wizard, pasando por los Alien Bees, Skyport. Todo depende del bolsillo de cada uno, y del tipo de trabajo a realizar, ya que hay que advertir que la versión barata está muy bien para un aficionado, pero no brillan precisamente por su fiabilidad, por lo que un profesional no debería ni planteárselo.
Como soporte puedes utilizar cualquier trípode, enroscando la base que suele acompañar a los flashes en ellos, o también utilizar pies de flash, más ligeros y generalmente más cómodos de transportar. Como en todo, los hay de varios precios, pero por unos veinticinco euros ya los tienes, con altura considerable que te permitirán colocar tus fuentes de luz en posición adecuada.
A partir de este punto es donde uno empieza a agobiarse con la cantidad de “extras” que se le pueden acoplar a nuestro equipo. Pero la clave está en no querer abarcarlo todo e ir poco a poco avanzando en la técnica.
Geles de colores para poner en los flashes, pudiendo así cambiar la tonalidad de la luz, difusores de diferentes tipos, ventanas de luz, y así podríamos seguir con una lista bastante amplia, pero ya hemos dicho que esto solo es una pequeña introducción al mundo Strobist, podéis verlo todo con detalle en su blog.
Un elemento que si vamos a comentar es el paraguas. Al principio impresiona, uno se pregunta “donde voy yo con un paraguas si apenas sé encender los flashes”, pero un par de disparos sirven para quitar miedos y ver la gran función que hacen, difuminando la luz y mejorando la calidad de nuestras fotos. Los hay de dos tipos principalmente, plateados para rebotar la luz, y blancos translúcidos. Si leéis el L101, el autor al principio recomienda los plateados, pero con el tiempo se da cuenta que dan mucho más juego los translúcidos. Una de las razones es la distancia, con un paraguas plateado no podemos acercar mucho el flash al modelo, ya que saldrá en el encuadre (daros cuenta que se coloca al revés y se vería la varilla del paraguas), sin embargo con el translúcido si podemos acercarlo mucho más. A su vez, esto deriva en que cuanto más cerca, menos potencia necesitaremos en los flashes, con lo cual, más ahorro de las pilas y mayor velocidad de refresco, ¡todo ventajas!
Evidentemente cada uno tendrá su propia opinión al respecto, y también influye el tipo de fotografía a realizar.
Publicado por Adrián Mateos (mdaf)