Como ya anunciamos y dentro del marco incomparable del Palacio de la Virreina de Barcelona, tuvo lugar el encuentro de fotoperiodismo OjodePez Photo Meeting Barcelona.

A grandes trazos, las actividades se estructuraron en  conferencias, visionados de porfolios, conversaciones  con prestigiosos fotógrafos y la convivencia en el patio, todo muy ameno a pesar del calor;  mitigado por la bebida gratuita que se ofrecía a los asistentes.

Con actividades simultaneas, se reflexionó sobre diferentes aspectos de la fotografía documental. Es practicamente imposible hacer un resumen de todo lo visto, hablado y vivido. En el ambiente se respiraba interés y comunicación. Mi balance: un éxito como fórmula y sobre todo en la elección de los participantes. Como en todo primer intento, algunos detalles serían mejorables, pero sería injusto insistir en ellos.

Entre las conferencias, destacar la intervención de Susan Meiselas de Magnum (A Toscani le dedicaremos un capítulo a parte) , en la que nos presenta su trabajo en Nicaragüa y Kurdistán.

«¿como ser un observador de confianza? ¿como interrogamos la realidad?«

Para Susan «la fotografía captura protagonistas. Ellos lideran las noticias, ellos son la noticia«. Las fotografías que realizó en Nicaragua durante la revolución sandinista, «eran para la gente nicaragüense, eran sus fotografias».Dedicó más de un año a documentar el proceso, pero el trabajo no termina cuando se han tomado las imagenes, «tienes que crear el espacio para que se vean las fotografías«. No es suficiente con editar un libro, las fotografías deben itinerar por bibliotecas y museos, que ejercen de puente entre comunidades.


«¿A quien pertenecen las fotografías que tomamos y nos llevamos?»

En Kurdistán, la situación fué diferente, los acontecimientos ya habian sucedido y dedicaba sus días a documentar las experiencias que le explicaban, pero no había fotografías y esto se convirtió para ella en una obsesión. Trabajó en una ruta paralela a los medios, denunciar la situación no interesaba, se tardaron más de dos años en publicar uno de sus reportajes. Vió como evolucionaba la cultura kurda y como «las personas volvian con fotografías del pasado, eran muy valiosas para ellos«. Con gran generosidad por su parte, dejó de tomar fotografías y dedicó su esfuerzo a recuperar la memoría gráfica de un pueblo, a menudo, frente a la incomprensión de sus propios compañeros.

Empezó este viaje sin saber muy bien donde le conduciría, buceó en la historía fotográfica del país. Su objetivo era devolver lo que había encontrado. Los kurdos empezaron a compartir sus propias fotos familiares. Su trabajo se cerró con la edición de un libro: «Kurdistán» . «El libro es como un álbum de familia. Respetando las condiciones técnicas de cada periodo. No había un archivo nacional en ninguna parte. Este libro fué importante porque tenía cosas que muchas personas no habían visto«. Y una muestra de las imágenes ha estado 8 años viajando por Europa.

Se habían devuelto las imágenes  a las comunidades en que vivían los kurdos y se dió continuidad al proyecto en la red. Se había liberado una historia reprimida y el ciberespacio era el único lugar donde podía estar segura. Un archivo nunca está completo, actualmente se sigue expandiendo con imágenes anónimas que se recogen en akakurdistan.com.

«Sigo viendo un círculo continuo. Un trabajo visual para el público y con el público.» concluía Susan al final de su charla.


Tras la inauguración, se desarrollaron dos jornadas intensas de proyecciones. Mientras, en el patio, algunos de los profesionales asistentes visionaban los porfolios de fotografos emergentes.

Entre las conversaciones en grupo reducido, destacar a Alex Majoli, también de Magnum, como uno de los miembros más jóvenes de la agencia. Tras realizar algunos reportajes y a punto de tirar la toalla por falta de medios, unas copias llegaron hasta la agencia y fué nominado. Tenía 25 años y no tenía la presión de una larga carrera a sus espaldas.

Sus imágenes puede presentarlas en papel o en forma de instalación. En la mayoría de los casos, sus encargos los encara como si de un trabajo personal se tratara. Nos comenta que cuando inicia un trabajo, no se documenta antes, sino que va al lugar, casi siempre acompañado con guía que le ayuda a orientarse y sobre el terreno se informa y  decide. Es al terminar de hacer las fotos, cuando realiza el trabajo de documentación.

Nos recomienda «no ver muchas fotos y leer mucho. Ver mucha  fotografía genera problemas de estilo, de influencia…Tienes fotos perfectas que no te pertenecen, cuando tu miras mucho no sabes quien eres, con la litaretura puedes activar sensores de la cabeza que pueden dar buenas fotografías «.

Las tres jornadas que nos ocupan, finalizaron la tarde del sábado día 17 con el debate «coleccionar fotografía documental o quien compra fotografía documental hoy en día» al que dedicaremos una reseña particular en los próximos días, la conferencia «despreocupado que no indiferente» y un cara a cara entre Jamie Wellford   y Donald Weber  como punto final.

Texto y fotos: Nati Martínez